por Christine Vanden Daelen
CADTM Bélgica
El 3 de febrero de 2011, se reunieron en los locales de la APROFES (Asociación por la Promoción de las Mujeres Senegalesas, organización miembro del CADTM desde el año 1999), delegadas y delegados de la red internacional CADTM y de organizaciones asociadas como la Marcha Mundial de Mujeres, Mujeres de negro, Liga Internacional de Mujeres por la Paz, para comenzar el encuentro internacional sobre el feminismo.
Dos intervenciones sobre el propio concepto del feminismo y de su evolución, así como sobre la necesidad del CADTM de reforzar su compromiso feminista, permitieron abrir los debates.
Françoise Mulfinger (CADTM Bélgica) trazó una semblanza de los retos de las luchas feministas, su combate para asegurar la igualdad de tratamiento entre los hombres y las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y privada, su trabajo constante y conjunto para permitir a las mujeres el acceso a la justicia, tanto social como económica, participar activamente en los procesos de decisión, no tener que soportar nunca más la violencia, cualquiera sea su naturaleza. En resumen, ver sus derechos humanos reconocidos y respetados en todo el planeta. Si bien se ha recorrido un largo camino desde que las mujeres se organizaron para conseguir su emancipación, Françoise nos ha recordado que nada está ganado. La explotación económica y sexual de las mujeres continúa e incluso se refuerza por los ataques constantes de la mundialización neoliberal. La trata de mujeres, sus migraciones para garantizar la supervivencia de sus familias, el crecimiento exponencial de la feminización de la pobreza y de la extensión del trabajo informal y forzado de las mujeres, nos lo demuestra todos los días. La desigualdad en base al sexo, la clase y la raza no cesan de reforzarse. El CADTM, como movimiento de lucha de emancipación de los seres humanos —hombres y mujeres— comprendió que, ya que todos los sistemas de opresión están imbricados y tienen las mismas raíces, no podía combatir el sistema de dominación capitalista sin atacar al que subyuga a las mujeres. La organización de esta jornada de reflexión del CADTM, como preludio al Foro de las Luchas Feministas Africanas, participa en todo un proceso iniciado en el seno de la red, para reforzar tanto su compromiso como sus análisis y prácticas feministas.
Codou Bop, investigadora y militante feminista senegalesa, compartió con nosotros algunos problemas y realidades de la militancia feminista en África. Nos señaló las dificultades para una mujer africana de reivindicar su pertenencia al movimiento de lucha de las mujeres, sin ser el objeto de burlas y desvalorizaciones. Planteó el problema del feminismo bajo el aspecto de la identidad: es muy difícil decirse feminista en África y en Senegal sin agregar un «pero» o un «si».
El Foro Feminista Africano, en el que Codou participó en su creación, ha emprendido un trabajo de análisis y de visibilizar los lazos entre la mundialización neoliberal y la exacerbación de las discriminaciones y de las violencias con respecto a las mujeres. Las feministas agrupadas en el seno de este Foro denuncian la invisibilización de las mujeres tanto en la esfera productiva (no tienen acceso ni a la tierra, ni a los medios de producción ni a la financiación) cono en la pública y en la política. Todo está hecho para que las mujeres permanezcan confinadas en el hogar, en la esfera privada: «la mayor distancia que le permiten recorrer es la de la cocina a la puerta de entrada para recibir algunos invitados». Codou hace un llamamiento a las mujeres a organizar, como durante esta jornada y el Foro de mañana, espacios de intercambios y de convergencias totalmente independientes de las instituciones gubernamentales e internacionales, ya que con mucha frecuencia el movimiento tiene dificultades para reunirse en espacios que no estén monopolizados y controlados por el Banco Mundial.
Durante los debates apareció la necesidad de luchar por los servicios públicos que ayudan a las mujeres en sus diversas tareas y responsabilidades, por el acceso de las mujeres a los recursos así como a la educación, que les permite conocer y exigir la aplicación de sus derechos. Se ha reconocido unánimemente que es necesario, ante todo, modificar los propios comportamientos en vista a una verdadera igualdad entre los sexos en el seno de su entorno próximo, de su familia y de sus redes sociales.
Christine Vanden Daelen intervino hablando sobre las estrategias puestas en marcha por el Banco Mundial para instrumentalizar y recuperar el movimiento de lucha de las mujeres. Lejos de ser el signo de un progresismo emergente en el seno del Banco Mundial, la integración del tema de género en los discursos y en las acciones está directamente ligada a intereses económicos. Para el Banco Mundial, la igualdad de género tiene valor sólo si es una fuente de eficiencia económica, si es rentable desde el punto de vista del capital y si participa en su proyecto político. Con la cobertura de establecer medidas y políticas seudo favorables a las mujeres, el Banco Mundial prosigue la implantación forzada de la desregulación del mercado de trabajo, de la promoción del sector informal y del microcrédito que empobrece a las mujeres en lugar de ayudarlas.
Durante los debates, las y los participantes discutieron sobre la necesidad y la urgencia de reforzar las estructuras de mutuales de ahorro y crédito, de «tontinas», que mediante una solidaridad desprovista de intereses financieros pueden ofrecer una verdadera autonomía económica a las mujeres y constituir una alternativa a las estructuras de microcréditos sostenidas por el Banco Mundial.
Al final de la tarde se nos unieron las mujeres del CADTM de Benín, de la Costa de Marfil, de Malí, de Níger y de Burkina Faso. Se inició una discusión sobre la necesidad de mantener un compromiso crítico con las costumbres, tradiciones y prácticas religiosas que ponen trabas a los derechos y libertades de las mujeres.
A pesar de que es muy difícil dar un testimonio de la riqueza de los intercambios, podemos sin embargo afirmar que de los múltiples análisis, vivencias y testimonios que hemos compartido se desprende una exigencia común para el conjunto de feministas (hombres y mujeres) presentes. Todos y todas queremos que las mujeres tengan la posibilidad de desarrollarse según sus intereses, que no sean víctimas de discriminaciones sistemáticas por su sexo y esto, a pesar de las costumbres y contextos culturales y religiosos en los que estuvieran inmersas. Queremos el respeto de la dignidad de las mujeres. Luchamos contra el neoliberalismo que refuerza y se alimenta de las desigualdades de sexo, y es la fuente de la degradación de las condiciones de vida del conjunto de la humanidad.
En la clausura de la jornada del 3 de febrero, se nos unieron progresivamente las y los militantes de las caravanas que, a ritmo de bocinas de los autobuses y de percusiones, convergían hacia Kaolak. Por la noche, cerca de 800 personas llegaron para participar en la continuación del programa.
El 4 de febrero de 2011 comenzó el Foro de Luchas Feministas Africanas. Todo nos lleva a pensar que la palabra liberada, los testimonios intercambiados y las alternativas propuestas durante esta primera jornada encontrarán en ese foro un nuevo espacio de desarrollo y para compartir vivencias, experiencias, debates, etc.
Traducción Griselda Pinero.