Por Germán Alemanni, Diario Tiempo Argentino
Bajo el lema “Resistencia y Lucha de los Pueblos de África”. Según Sandra Quintela, coordinadora de la red Jubileo Sur/Américas, “el gran reto del FSM es generar una alternativa antisistémica para enfrentar el cambio climático y las consecuencias del nuevo endeudamiento que va a generar en los países del Sur”.
Mientras en el norte de África se extienden las revueltas populares, al oeste, en Senegal, militantes sociales de todo el mundo buscarán acordar nuevas políticas para enfrentar las crisis provocadas por la voracidad neoliberal.
Economía solidaria, comercio justo, deuda externa, reforma del sistema financiero, soberanía alimentaria, justicia climática, Derechos Humanos, explotación a niños y mujeres, militarización de los conflictos sociales, migraciones, descolonización, acceso al agua, diversidad sexual, comunicación popular. Estos son algunos de los temas que abordarán 60 mil “altermundistas”, representantes de unas 1200 organizaciones de 123 países –según cifras de los organizadores– durante el Foro Social Mundial (FSM), que deliberará desde hoy y hasta el próximo viernes en Dakar, la capital senegalesa. El lema: “Resistencia y Lucha de los Pueblos de África.”
El FSM es un espacio de articulación de ideas y experiencias de los movimientos sociales, las ONG y otros colectivos civiles, como los ecuménicos, que resisten a escala global al neoliberalismo y al imperialismo. Nació en 2001 en la ciudad brasileña de Puerto Alegre como respuesta a las recetas que partían –y lo siguen haciendo– del Foro Económico Mundial, de Davos, en Suiza.
Pese a sus contradicciones y limitaciones, el FSM supo impulsar con éxito el rechazo al ALCA, que terminaron de sepultar en la Cumbre de Mar del Plata de 2005 los entonces presidentes Néstor Kirchner, “Lula” Da Silva y Hugo Chávez. Según Sandra Quintela, socioeconomista brasileña y coordinadora de la red Jubileo Sur/Américas, “el gran reto del FSM es generar una alternativa antisistémica para enfrentar el cambio climático y las consecuencias del nuevo endeudamiento que va a generar en los países del Sur”. Ese será precisamente uno de los tópicos que llevará el boliviano Evo Morales, el único mandatario que acudirá a la cita mundial. Los derechos de los pueblos indígenas y la preservación de la Madre Tierra serán los ejes de la disertación que dará en la inauguración del Foro. De acuerdo con los organizadores, el ex presidente brasileño Lula Da Silva también será de la partida.
La elección de un país africano para el encuentro no es casual. Busca ampliar la participación popular en un continente que, a 50 años de su independencia formal de las potencias colonialistas, no logra aún su emancipación definitiva. Al histórico saqueo europeo, se sumó el estadounidense y, en los últimos años, el chino, que mantienen –con la complicidad de las élites gobernantes– un sistema económico basado en la explotación a mansalva de los recursos naturales y la sumisión de la población.
“Esta es una gran oportunidad para demostrar que los africanos no estamos solos, que somos muchos en todo el mundo los que apostamos a un cambio de paradigma”, dijo el dirigente social senegalés Souleyname Bassoun a la agencia alternativa de noticias ADITAL.
Para Awa Ouedraogo, nacida en Burkina Faso y secretaria ejecutiva de la Marcha Mundial de Mujeres, el FSM debe “reforzar la cohesión de las organizaciones presentes y, al mismo tiempo, crear condiciones para que nuestra voz sea más escucha por los gobiernos”.
Ocurre que los desafíos que enfrenta el “altermundismo” son tan complejos como los nuevos modelos que pretende aportar. Uno de ellos tiene que ver con su grado de universalización. Se muestra dinámico y consolidado en varios países de América Latina y Europa, pero debe ganar fuerza en África y, sobre todo, en Asia, hacia donde se inclina actualmente la balanza de la geopolítica mundial.
Pero la extensión de la resistencia planetaria no lo es todo. Lo más importante es la clase de respuestas que puedan salir de Senegal. Y es en este punto donde se profundizan las divergencias. De acuerdo con Manoel Santos, director de la red Altermundo, los movimientos sociales se debaten entre tres visiones:
–Los que impulsan estrechar el diálogo con los gobiernos progresistas de América Latina y trasladar esa experiencia a otras regiones del globo.
–Los que propugnan un “keynesianismo” ecológico que desarrolle una economía basada en energías renovables y con un fuerte control a las trasnacionales y a la banca.
–Los “antisistémicos” que plantean romper con el capitalismo y desarrollar una economía autogestiva. También impulsan un decrecimiento global para revertir los estragos del cambio climático.
Economía solidaria, comercio justo, deuda externa, reforma del sistema financiero, soberanía alimentaria, justicia climática, Derechos Humanos, explotación a niños y mujeres, militarización de los conflictos sociales, migraciones, descolonización, acceso al agua, diversidad sexual, comunicación popular. Estos son algunos de los temas que abordarán 60 mil “altermundistas”, representantes de unas 1200 organizaciones de 123 países –según cifras de los organizadores– durante el Foro Social Mundial (FSM), que deliberará desde hoy y hasta el próximo viernes en Dakar, la capital senegalesa. El lema: “Resistencia y Lucha de los Pueblos de África.”
El FSM es un espacio de articulación de ideas y experiencias de los movimientos sociales, las ONG y otros colectivos civiles, como los ecuménicos, que resisten a escala global al neoliberalismo y al imperialismo. Nació en 2001 en la ciudad brasileña de Puerto Alegre como respuesta a las recetas que partían –y lo siguen haciendo– del Foro Económico Mundial, de Davos, en Suiza.
Pese a sus contradicciones y limitaciones, el FSM supo impulsar con éxito el rechazo al ALCA, que terminaron de sepultar en la Cumbre de Mar del Plata de 2005 los entonces presidentes Néstor Kirchner, “Lula” Da Silva y Hugo Chávez. Según Sandra Quintela, socioeconomista brasileña y coordinadora de la red Jubileo Sur/Américas, “el gran reto del FSM es generar una alternativa antisistémica para enfrentar el cambio climático y las consecuencias del nuevo endeudamiento que va a generar en los países del Sur”. Ese será precisamente uno de los tópicos que llevará el boliviano Evo Morales, el único mandatario que acudirá a la cita mundial. Los derechos de los pueblos indígenas y la preservación de la Madre Tierra serán los ejes de la disertación que dará en la inauguración del Foro. De acuerdo con los organizadores, el ex presidente brasileño Lula Da Silva también será de la partida.
La elección de un país africano para el encuentro no es casual. Busca ampliar la participación popular en un continente que, a 50 años de su independencia formal de las potencias colonialistas, no logra aún su emancipación definitiva. Al histórico saqueo europeo, se sumó el estadounidense y, en los últimos años, el chino, que mantienen –con la complicidad de las élites gobernantes– un sistema económico basado en la explotación a mansalva de los recursos naturales y la sumisión de la población.
“Esta es una gran oportunidad para demostrar que los africanos no estamos solos, que somos muchos en todo el mundo los que apostamos a un cambio de paradigma”, dijo el dirigente social senegalés Souleyname Bassoun a la agencia alternativa de noticias ADITAL.
Para Awa Ouedraogo, nacida en Burkina Faso y secretaria ejecutiva de la Marcha Mundial de Mujeres, el FSM debe “reforzar la cohesión de las organizaciones presentes y, al mismo tiempo, crear condiciones para que nuestra voz sea más escucha por los gobiernos”.
Ocurre que los desafíos que enfrenta el “altermundismo” son tan complejos como los nuevos modelos que pretende aportar. Uno de ellos tiene que ver con su grado de universalización. Se muestra dinámico y consolidado en varios países de América Latina y Europa, pero debe ganar fuerza en África y, sobre todo, en Asia, hacia donde se inclina actualmente la balanza de la geopolítica mundial.
Pero la extensión de la resistencia planetaria no lo es todo. Lo más importante es la clase de respuestas que puedan salir de Senegal. Y es en este punto donde se profundizan las divergencias. De acuerdo con Manoel Santos, director de la red Altermundo, los movimientos sociales se debaten entre tres visiones:
–Los que impulsan estrechar el diálogo con los gobiernos progresistas de América Latina y trasladar esa experiencia a otras regiones del globo.
–Los que propugnan un “keynesianismo” ecológico que desarrolle una economía basada en energías renovables y con un fuerte control a las trasnacionales y a la banca.
–Los “antisistémicos” que plantean romper con el capitalismo y desarrollar una economía autogestiva. También impulsan un decrecimiento global para revertir los estragos del cambio climático.