por Miren Etxezarreta,
Catedrática emérita de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona y doctora por la London School of Economics.
Desde mayo de 2010 la economía española, debido a
su importante problema de endeudamiento, está sometida a fuertes
presiones externas, formadas por los mercados, el FMI y la UE. Un
endeudamiento privado, pues el endeudamiento público del Estado español
está todavía hoy, entre los más bajos de los 17 países de la eurozona.
A partir de entonces la economía española está tutelada
principalmente por la UE, que se ha convertido en el eje central y
dominante en la gestión de la economía española. Desde entonces, la UE
exige la implantación de una serie de duras medidas de austeridad y
ajuste que, aunque han empeorado seriamente las condiciones de trabajo y
de vida de la mayoría de la población, no han resuelto ninguno de los
problemas de la economía del país, sino que ésta se ha deteriorado: el
paro crece por encima de los 5,6 millones de desempleados, la atonía de
la actividad económica se intensifica y la deuda pública aumenta.