«Todas las deudas
acumuladas debidas al Memorándum son ilegítimas»
« Apoyaremos todos
vuestros esfuerzos»
Por Despina Papageorgiou, de la publicación
mensual «Crash» de
junio de 2012
En 2007, en Quito, un grupo de expertos se
quedaron sin habla al entrar en sus habitaciones del hotel:
cajas enteras de documentos del ministerio de Economía,
correspondientes al periodo anterior a la presidencia de
Rafael Correa habían simplemente desaparecido. Estos expertos eran
miembros de la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda
de Ecuador (CAIC) creado por el presidente Correa. El Comité
estaba formado por doce expertos de Ecuador y seis
provenientes del extranjero. El politólogo e historiador
belga Eric Toussaint era uno de ellos. Hoy, en la entrevista
ofrecida a la revista Crash,
nos describe cómo el mito de David contra Goliat se
materializó una vez más en Ecuador, a pesar de las esperadas
dificultades. Después de 14 meses de trabajo intensivo, la
Comisión de Auditoría Integral de la Deuda
de Ecuador produjo sus primeros resultados, declarando que una gran
parte de la deuda era ilegítima. Sobre esta base, el
gobierno ecuatoriano suspendió el pago de los títulos de la
deuda que vencían en 2012 y en 2030. Además consiguió que
los acreedores revendieran esos títulos a un 35 % de su
valor original. A Washington le dio un ataque…
Una década antes, Ecuador era descrito como
«república bananera». Ahora, según el diario británico The Guardian,
podría ser el «lugar más radical y más entusiasta donde
vivir». Hay más ventajas sociales, los pobres reciben
subsidios y la sanidad es totalmente gratuita. Los gastos
públicos también aumentaron. El porcentaje de personas que
viven por debajo del umbral de la pobreza disminuyó del 37,6
% en 2006 al 28,6 % en 2011.
Eric Toussaint es profesor en la Universidad
de Lieja (Bélgica), fundador y presidente del Comité para la Anulación
de la Deuda
del Tercer Mundo (CADTM, www.cadtm.org) y autor de
numerosos libros. Trabajó en forma voluntaria para la
Comisión de Auditoría Integral de la Deuda
de Ecuador. Tiene los conocimientos y experiencia para
asegurar que existe una alternativa, siempre que haya
voluntad política.
Eric Toussaint es categórico cuando afirma a Crash que la deuda
causada por el Memorándum no es sólo ilegítima sino también
odiosa. También expresó públicamente, a través de nuestra
revista, su sostén personal y el de su organización con
respecto a cualquier esfuerzo que haga Grecia para conseguir
una comisión de auditoría de la deuda. «Es más fácil para
vosotros analizar vuestra deuda que lo que fue el análisis
de la deuda ecuatoriana» nos dijo, «Por lo tanto, ¡hacedlo!»
¿El nuevo gobierno griego, salido de las
elecciones del 17 de junio, escuchará el llamamiento del
profesor? Un gobierno anterior hizo oídos sordos a otra
advertencia. «¡Habíamos prevenido a Georges Papandreu a su
debido tiempo! Antes
de que Grecia se sometiera al FMI, el ex primer ministro
había pedido consejo a Rafael Correa —debido a su propia
experiencia— sobre la forma de tratar el problema de la
deuda», contó el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo
Patiño, en un discurso en Quito en febrero de 2012 (citado
por Leonidas Vatikiotis). «El primer ministro griego hablaba
mucho», continuó Patiño, «y Correa le dijo “Prestad
atención, hay algo que no debéis hacer y algo que
absolutamente debéis hacer con el fin de no pagar la deuda:
no debéis acudir al FMI. Y debéis crear un comité de
auditoría de la deuda.” Luego, Papandreu hizo exactamente lo
contrario.»
Mi conversación con Eric Toussaint comenzó por la
cuestión de las elecciones griegas. Hice la observación de
que la propuesta de la constitución de una comisión de
auditoría de la deuda griega había aparecido de nuevo
durante el periodo electoral. Dado el hecho sintomático de
que la propuesta había sido rechazada por los dos partidos
que presidieron Grecia durante décadas, le pregunté:
¿Por qué piensa
usted que ellos no quieren analizar la deuda y por qué
sabotean todos los esfuerzos para su anulación?
Está claro que ni el PASOK ni Nueva Democracia
están interesados en apoyar una auditoría, ya que su
responsabilidad en la deuda de este país saldría a la luz.
Son enormemente responsables de la deuda que se generó
durante los años 1990 y 2000, así como de la nueva deuda
producida por el memorádum. Para mí, ésta es una deuda
ilegítima.
Es conveniente
mencionar que la deuda odiosa es una deuda que:
a) ha sido contraída
sin el consentimiento de la nación,
b) que el dinero así
habido no sirvió a los intereses de la nación
c) que el prestamista
conocía los hechos enunciados anteriormente.
El concepto de
deuda odiosa se le atribuye al profesor de derecho,
Alexander Sack[1].
¿Cómo explica usted
que la deuda es ilegítima?
Quizás deberíamos comenzar por la nueva deuda,
desde mayo de 2010 hasta ahora. Las reglas fijadas por la Troica
son una violación de los derechos económicos y sociales de
los ciudadanos griegos, ilustrada por una reducción de
salarios, de pensiones, por la violación de los derechos
fundamentales del pueblo griego. Por ejemplo, el primer
Memorándum no fue examinado en su totalidad por el
parlamento griego, ni realmente debatido: el procedimiento
no fue democrático. La Troica dijo «Deben aceptar.
Si no aceptan las reglas no recibirán la ayuda.» Lo que
demuestra el menosprecio total del principio democrático de
un país soberano. Por
consiguiente, para mí, esta nueva deuda que en 2013
representará la mayor parte de la deuda pública exterior
griega es ilegítima y debe ser anulada.
Debemos analizar también la deuda desde 1990 hasta
2010, deuda ligada a la preparación de los Juegos Olímpicos,
y también la deuda originada por el acceso de Grecia a la
zona euro. Una gran parte del dinero provenía de bancos
alemanes, franceses y otros bancos privados de los
principales países de la
UE. Es evidente que
gran parte de este dinero entró a Grecia bajo la forma de
deuda privada o pública. Los bancos privados de Alemania,
Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo concedieron esos
préstamos, puesto que así obtenían un gran beneficio. Además
sabían que si ocurría algún problema, estarían cubiertos por
el Banco Central Europeo. Por lo tanto, podemos discutir e
interrogarnos sobre la legitimidad de este tipo de préstamo.
En efecto, los
bancos fueron reflotados por el BCE al 1 % de interés…
El BCE concedió préstamos (en diciembre de 2011 y
febrero de 2012) por un monto de 1 billón de euros ( 1 000
000 000 000 €) con un interés del 1 % a tres años para
ayudar a los bancos europeos. Los grandes bancos de
Alemania, Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos,
Austria y también los bancos griegos, españoles e italianos
aprovecharon ese dinero.
Y ahora los países
toman préstamos a esos mismos bancos con tipos de interés
más elevados…
Reciben el dinero al 1 % y luego, con ese mismo
dinero, conceden préstamos a los países periféricos con
tipos de interés del 5, 6 o 7, hasta 9 %. En derecho
comercial, cuando se financian esos préstamos por intermedio
de créditos acordados al 1 %, se está contraviniendo el
derecho comercial. Esos prestamistas se enriquecen en forma
abusiva.
Por consiguiente,
¿la deuda es sólo una herramienta utilizada por la elite
financiera y política para tratar con arrogancia a la
población, controlarla e imponerle ciertas políticas?
Es evidente que la Troica utiliza la
deuda griega como un instrumento, como una herramienta, para
imponer una política que viola los derechos elementales del
pueblo griego. Se instrumentaliza a Grecia para chantajear a
otros países como Portugal, Irlanda, Italia o España e
imponerles el mismo tipo de política. Grecia no es una
excepción. Grecia es un laboratorio donde se aplica la nueva
terapia de choque.
Lo que lleva a la
siguiente pregunta: En uno de sus recientes artículos,
usted escribió: «Europa está sufriendo una terapia de
choque como la que sufrió América Latina en los años
ochenta y noventa del siglo pasado. ¿Piensa usted que
también Europa ha entrado en una «larga noche neoliberal»?
Por supuesto. El paralelismo salta a la vista. En
los años ochenta y noventa, el FMI, así como el Banco
Mundial y el Club de París, impusieron una terapia a los
pueblos de América Latina, así como a otros pueblos del
Tercer Mundo, en Asia —por ejemplo en Indonesia, Filipinas y
Corea del Sur— después de la crisis asiática de 1997. Por lo
tanto, no fue sólo América Latina, si no todas las regiones
del Tercer Mundo. Podríamos hacer una comparación con la
terapia de choque aplicada a Rusia, Polonia, Hungría y
Alemania del Este durante su periodo de reunificación en los
años noventa. Entonces, ¿cuáles son esas políticas? La
privatización, como es el caso de Grecia en este momento, el
aumento del IVA, los impuestos indirectos sobre la mayoría
de la población, los despidos en la función pública, una
reducción de salarios, etc.
La clásica receta
del FMI…
Exactamente. Lo que están haciendo en Grecia ya lo
implantaron hace 20 o 30 años en los países
latinoamericanos, asiáticos, africanos y del ex bloque
soviético.
Y los resultados
son evidentes…
Eso fracasó porque no creó ni crecimiento ni
empleo. Pero la verdadera motivación no es el crecimiento de
la economía, la motivación real para el FMI y los otros
elementos de la Troica —el BCE y la Comisión
Europea—es no proveer
crecimiento. Saben perfectamente que Grecia, con este tipo
de política, no recuperará jamás su economía. Y lo saben muy
bien. No son estúpidos. Son inteligentes. Y por ello se
sirven de la crisis de forma estratégica para reducir
salarios y el nivel de vida de la población, porque quieren
un país y un mundo donde sólo aumente el beneficio de las
grandes empresas. Esa es la verdadera motivación. Quieren
ayudar y reforzar las grandes sociedades financieras como
Goldman Sachs, Deutsche Bank, JP Morgan y todos los grandes
bancos privados de Europa y Estados Unidos.
Alguien como Joseph Stiglitz, que no es un
economista de izquierda pero laureado con el premio Nóbel en
2001, escribía en su libro «El Malestar en la Globalización»
que si se analiza superficialmente las políticas del FMI,
éstas podrían parecer absurdas y destinadas al fracaso, pero
si consideráis que el FMI sostiene y defiende los intereses
del capital financiero, os daréis cuenta de que sus
políticas son realmente coherentes e inteligentes.
Y tratan de
persuadir a Grecia de que es la única forma de actuar,
pero, como usted lo sabe muy bien, tenemos ejemplos de
países que anularon parte de su deuda ilegítima. Un
ejemplo es por cierto Ecuador donde usted participó en la Comisión
de Auditoría de la Deuda. ¿Podría relatarnos
brevemente qué evolución tuvo ese proceso, y cómo se obtuvieron esos
resultados?
En primer lugar debemos decir que fue un éxito
total y sin represalias. Y esto es lo que hizo el pueblo
ecuatoriano: eligió un nuevo presidente en noviembre de
2006, quien, por decreto presidencial, creó una Comisión de
Auditoría de la
Deuda en julio de 2007 para analizar la
deuda en el periodo 1976 - 2006. El presidente eligió 18
expertos, 12 de Ecuador y 6 provenientes del extranjero. Fui
una de esas seis personas. También pidió a 4 órganos del
Estado formar parte de esa Comisión: la Comisión
Anticorrupción, el Tribunal de Cuentas
(la Contraloría), el Ministerio de Justicia y el Ministerio
de Finanzas.
Por lo tanto, el
gobierno apoyó totalmente ese proceso.
Trabajamos
durante 14 meses, y al final de ese periodo, en septiembre
de 2008, presentamos nuestras conclusiones y nuestras
recomendaciones al gobierno durante una reunión con el
presidente y sus ministros. Después de dos meses de
deliberación, el gobierno decidió suspender el pago de la
deuda bajo la forma de títulos (los que vencían en 2012 y
2030).
Es asombroso, sólo
fueron necesarios 16 meses, 14 para el trabajo de
auditoría y dos más para que el gobierno actuara…
Fueron necesarios 14 meses para analizar y dos
meses para discutir en el seno del gobierno sobre lo que se
debía hacer. Mantuvimos varias reuniones con el gobierno en
el transcurso de esos 14 meses y después, pero fue el
gobierno el que tomó la decisión final de suspender el pago
de los títulos. Después de ocho meses de no pago,
consiguieron forzar a los tenedores de esos títulos a
aceptar una reducción del 65 % de su valor. El Estado,
Ecuador, compró obligaciones a precio reducido. Por una
obligación con un valor de 1.000 dólares, el Estado
ecuatoriano pagó 350 dólares.
Pero supongo que
ustedes [los miembros de la Comisión] habrán
tenido que enfrentarse a dificultades. Quiero decir,
ustedes se alzaron contra los acreedores internacionales,
los bancos, el sistema. En un artículo se informó que
cajas con documentos del Ministerio de Economía habían
desaparecido de sus habitaciones.
Evidentemente,
cuando estábamos trabajando, las personas, que habían estado
en el poder antes de la elección del nuevo presidente y que
habían sido sobornadas o que habían firmado contratos
ilegales que contribuían al endeudamiento del país, no
quisieron darnos toda la documentación que necesitábamos
para nuestro trabajo. Bajo algunos aspectos fue difícil,
pero finalmente tuvimos toda la documentación necesaria.
En el caso de Grecia pienso que, en cierto
sentido, será más fácil porque hay más información
disponible. Por ejemplo no existe ningún secreto sobre las
condiciones impuestas por la Troica. Podemos
analizar directamente lo que la Troica hizo con
Grecia en estos dos últimos años. Por consiguiente, no
necesitamos realmente acceder a secretos de Estado.
La deuda de Ecuador
pasó de 1.200 millones de dólares en 1970 a
142.500 millones de dólares en 2006. Era más pequeña que
la deuda griega. Por lo tanto pregunté a Eric Toussaint:
Dado que Grecia
está en la zona euro y que su deuda es superior a la de
Ecuador, ¿piensa usted que sería más difícil para Grecia
borrar la parte ilegal de su deuda?
Creo que es más fácil de analizar la deuda griega
que aquella de Ecuador, porque esta última era más
complicada y concernía a muchísimos más contratos que en el
caso griego. En el caso ecuatoriano tuvimos que analizar uno
por uno los contratos del país con el Banco Mundial, el FMI,
el Banco Interamericano de Desarrollo, con los países
miembros del Club de París, y también la deuda (títulos) con
los mercados.
En el caso de Grecia, la mayor parte de la deuda
estará pronto bajo
forma de títulos comprados por la Troica
o préstamos concedidos por la misma. Por lo tanto, pienso
que es más fácil. La deuda ecuatoriana podía ser
relativamente menor, pero había más de 100 contratos. En
consecuencia, el análisis fue difícil.
Recuerdo la
declaración del gobierno de Correa a través del ministro
de Finanzas Ricardo Patiño —y el gobierno respetó esa
declaración—: «Nosotros no aceptaremos lo que otros
gobiernos han aceptado. Esto es válido para nuestra
política económica dictada por el FMI. Consideramos que es
inaceptable». ¿Los griegos osarán hacer lo mismo? pregunté
a Eric Toussaint:
El pueblo teme que
si se anula la deuda ilegítima, podría haber represalias
en los mercados y que se llegaría a no poder comer. En el
caso de Ecuador, no hubo represalias. ¿Hay posibilidades
de que haya represalias en el caso griego?
Debemos ser claros. Dije que no hubo represalias
pero debemos recordar que, desde aquel momento, Ecuador no
acude más a los mercados para financiar sus políticas. No
hubo represalias pero es evidente que si alguien suspende el
pago de la deuda a los bancos privados, habrá que esperar
algunos años antes de que los bancos acepten financiarlo de
nuevo.
Grecia, en las condiciones actuales, debería
encontrar métodos alternativos de financiación de sus
políticas y de su desarrollo. Debería combinar una
suspensión de pago de la deuda con una auditoría de la misma
y una reforma de su política fiscal. El país debería elaborar una
política fiscal que respetara la regla de la igualdad. Debo
mencionar, por ejemplo, que en Grecia, la Iglesia,
así como el sector del transporte marítimo, están
ampliamente exentos del pago de impuestos. Todas las
instituciones y sectores del país deberían contribuir a la
fiscalidad.
Se tiene que establecer un presupuesto
fundamentado no sólo en el dinero proveniente del extranjero
sino también del interior del país. Y, por supuesto, no
quiero decir que se imponga más IVA a los pobres. Digo
simplemente que los sectores que no contribuyen al
presupuesto deberían hacerlo.
Durante ese tiempo,
¿el pueblo griego estaría en condiciones de sobrevivir?
La respuesta me
deja sin habla:
¡Si dejáis de pagar, tendréis dinero! Si no
utilizáis el dinero para pagar a los bancos, podríais
utilizarlo para pagar salarios, aumentar las pensiones,
pagar a los funcionarios, crear empleos, estimular la
economía. Es exactamente lo que hizo Argentina cuando dejó
de pagar su deuda en 2001. Desde entonces, no volvieron a
pedir financiación a los bancos extranjeros privados ni a
los mercados. Y Argentina va muy bien. Lo que hicieron
Ecuador y Argentina fue poner impuestos mucho mayores a las
grandes empresas. E insisto: esto no significa que Grecia
debería pedir a la mayoría de la gente, a los pobres, a que
paguen más impuestos. Son las grandes sociedades privadas
las que deberían contribuir.
Es revelador que, a
pesar de que Ecuador es un país exportador de petróleo,
había recibido siempre pequeños ingresos de sus
exportaciones, ya que las compañías petroleras
multinacionales se reservaban la mayor parte de los
beneficios. Eso
cambió, cuando en julio de 2010 por medio de una ley
adoptado por el gobierno de Correa, la parte del Estado en
las exportaciones de petróleo aumentó del 13 % al 87 %
sobre los ingresos petroleros brutos. Siete de dieciséis
compañías petroleras huyeron del país y fueron
reemplazadas por empresas del Estado. Las otras se
quedaron. El aumento en la recaudación petrolera del
Estado fue de 870 millones de dólares en 2010.
Además, los
impuestos inmediatos, principalmente los que afectan a las
empresas aumentaron del 35 % en 2006 a
más del 40 % en 2011. También existe una confrontación con
las elites nacionales. Y eso me lleva a la siguiente
pregunta:
Pensamos que se
deben investigar las cuentas bancarias de las personas que
se ocupaban de la deuda. Ustedes también lo han hecho en
Ecuador.
Si queremos poner en evidencia casos de
corrupción, está claro que la justicia debe emprender
acciones legales y que el ministerio de Finanzas debe preguntar a algunas
personas sobre cuestiones concretas: sobre su riqueza, cómo
se enriquecieron, por qué medios recibieron ese dinero y
sobre la fortuna que acumularon. Una comisión de auditoría
necesitaría la ayuda de los encargados del control de
impuestos así como del ministerio de Justicia.
Usted habló de
sobornos. Por lo tanto, está seguro de que los hubo.
En ciertos casos. Sí. En Grecia, puede ser que no
sea el mayor problema, pero está claro que había contratos
financiados por préstamos, contratos para comprar material
de Siemens, etc. Ya ha demostrado el ministerio de Justicia
de Grecia que, en el caso Siemens, hubo una cantidad enorme
de sobornos pagados a políticos con la intención de
conseguir que se aprobara el contrato para Siemens. No es
ningún secreto, al contrario, es bien conocido.
También en Ecuador
habéis descubierto sobornos pagados por empresas
multinacionales y bancos. ¿Podría darnos algunos ejemplos,
como el caso Siemens?
Las personas en el seno del gobierno durante los
años 1990 y 2000 recibieron dinero para firmar contratos con
los bancos y para aceptar condiciones favorables para los
banqueros.
¿Usted quiere decir
que los sobornos fueron pagados para que los funcionarios
aceptaran condiciones favorables para las empresas y no
para los ciudadanos del país?
Exactamente.
¿Se acuerda de
algún caso?
Citigroup, y también JP Morgan estaba involucrado.
Además existía la participación de abogados de Nueva York,
especialistas en el consejo a bancos y gobiernos, y que
también recibieron su parte como intermediarios en ese ciclo
de corrupción.
Es evidente que
Correa provocó—al menos en alguna medida— la «Revolución
ciudadana» que había declarado desde su llegada al poder.
El presidente de Ecuador es «un gol en contra» para
Occidente: a pesar de haber sido educado en las
universidades europeas y estadounidenses —algunas de ellas
fortalezas de la escuela de Chicago—, cuando llegó al
poder practicó exactamente lo opuesto de lo que le habían
enseñado. Actualmente, sin embargo, tiene la crítica,
incluso de la izquierda, con la acusación de que no fue
hasta el final.
Y le pregunté a
Eric Toussaint: ¿Habéis tenido algún contacto reciente con
el presidente Correa con respecto a la abolición de la
deuda ilegítima?
En el caso de Ecuador, el éxito fue del 100 %.
Encontré al presidente Correa en enero de 2011, dos años
después de que finalizaran los trabajos de la Comisión
de Auditoría. Me dijo que había sido un éxito total ya que
no había habido represalias contra Ecuador. Pensaba en lo
sucesivo suspender otras partes del pago de la deuda
externa. Veremos qué hará.
Hay críticas que
dicen que Ecuador no ha recorrido todo el camino posible…
Podrían haber hecho más y lo saben. Ahora están
pensando en otras partes de la deuda que podrían cuestionar.
De todas maneras,
durante este tiempo, Ecuador está aceptando préstamos de
China con un tipo de interés elevado.
Hay algunos acuerdos entre Ecuador y China para la
exploración y explotación del petróleo. El gobierno
ecuatoriano toma prestado dinero de sociedades chinas.
Eric Toussaint nos
dice que no es un representante de la presidencia de
Ecuador y que simplemente apoya el cambio político
positivo y critica los aspectos negativos.
China ha sido el
prestamista número uno de Ecuador después de la cesación
de pagos de 2008. El Estado aprobó un préstamo de 2.000
millones de dólares en 2011 del banco chino China
Development Bank. Las condiciones del préstamo, sin
embargo, no parece que hayan producido una reducción en
los gastos sociales: Ecuador es el país de América del Sur
que tiene el mayor porcentaje de gastos sociales en
relación a su PIB de toda América Latina y Caribe.
¿Cuáles serían las
condiciones para que Grecia pudiera seguir el ejemplo
ecuatoriano?
Hay dos escenarios. Si un gobierno conservador
continúa con la política de la Troica después de
las elecciones, es imposible pensar que ese tipo de gobierno
pueda dar su apoyo a una auditoría honesta. Ese sería el
primer escenario. El otro sería la elección de un gobierno
progresista de izquierda. Si se tratara de un gobierno
progresista, democrático y soberano, debería anular el
acuerdo con la
Troica y emprender una auditoría de la
deuda. Por lo tanto, sí, ese escenario sería muy positivo.
Un gobierno de esas características sabría revelar qué es lo
que realmente pasó con la deuda griega.
En el primer escenario, si tenéis todavía un
gobierno que respeta los acuerdos con la Troica,
lo que debéis hacer es emprender una auditoría ciudadana,
totalmente independiente del gobierno.
Me gustaría expresar públicamente que, en los dos
casos, si el pueblo quiere lanzar una verdadera auditoría
ciudadana de la deuda, apoyaremos esa opción. En el segundo
escenario, si un gobierno progresista suspendiese el acuerdo
impuesto por la Troica y quisiera auditar la
deuda, apoyaríamos esa iniciativa con entusiasmo.
Supongamos que
Grecia anula la parte de su deuda que es ilegítima. ¿Esto
llevaría al desencadenamiento de una «revolución» europea
contra la deuda?
Si Grecia hiciera eso, habría mucha gente en
Portugal y en España, y esperemos que también en Irlanda y
en Italia, que apoyaría esa decisión. Y también se
encontraría respaldo en países como Francia, Alemania,
Bélgica y Reino Unido. Estamos activos en esos países y
tenemos una campaña de solidaridad con Grecia. Nuestra
campaña recibe un sostén importante. No es realista declarar
que la gente de esos países ya ha entendido lo que realmente
está pasando. Pero hay una parte importante de la opinión
pública que comprende que las condiciones impuestas a la
población griega son totalmente inaceptables, mientras que
numerosas personas en otros países europeos esperan ver al
pueblo griego emerger como un ejemplo de un país que recobra
su soberanía y por lo tanto es una fuente de inspiración
para una fuerza alternativa en Europa.
Repasando otra
Europa, democrática, concluimos nuestra conversación con
Eric Toussaint. Sus últimas palabras persistieron
largamente en mi espíritu: Grecia podría abrir el camino
para dejar atrás la
«larga noche neoliberal» europea.
«Le haré un
ofrecimiento que no podrá rechazar» era la memorable frase
de Marlon Brando en la bien conocida película El Padrino. De la misma manera,
Grecia parece estar sometida a un chantaje al respetar el
memorándum de la Troica. Pero
la clave para comprender la posición de la elite
internacional contra el país se encuentra en las palabras
que dice el juez respecto a la mafia en la misma película:
«la manzana podrida puede arruinar toda la cesta»…
…Según la imagen de
la «manzana podrida» (que Noam Chomsky a menudo ha
utilizado), la razón por la que Estados Unidos castigó a
Cuba no es porque Fidel Castro constituía una verdadera
amenaza para el país. Su verdadero miedo era que la
«manzana podrida» —el líder cubano— pudiera inspirar a
otros gobernantes y crear un efecto dominó que pudriese a
la cesta entera. En efecto, como la «marea roja» que ganó
en América Latina y llevó a algunos dirigentes a romper
con el «consenso
de Washington». Y Washington sufrió su peor pesadilla.
En el caso de
Grecia, si el «conejillo de Indias ocupa el laboratorio»
—como dice Costas Douzinas—, si Grecia logra vaciar de
contenido la política de la Troica y demuestra
que las democracias no son callejones sin salida ni
conducen a soluciones únicas, Europa puede marchar hacia
la democracia. En ese caso, por supuesto, las «manzanas»
no estarán podridas, sino simplemente maduras…