Por Jérôme Duval
En Québec ha surgido un movimiento
estudiantil, de una difusión extraordinaria, que desarrolla nuevas formas de
lucha, a imagen y semejanza de los y las indignad@s español@s. Los estudiantes,
en huelga indefinida, afrontaban la decimocuarta semana de lucha para evitar
una subida de las tasas universitarias de casi el 75 % en cinco años —de más de
2.200 dólares canadienses anuales (unos 1.700 euros), a casi 3.800 dólares
(3.000 euros) en 2017—, cuando, como resultado de su enfrentamiento con la
lucha estudiantil, la ministra de Educación y vice primera ministra Line
Beauchamp se vio obligada a dimitir el 14 de mayo de 2012.
Mientras el diálogo entre el gobierno de Québec y las asociaciones de
estudiantes sigue en punto muerto, el 12 de junio se ha llevado a cabo la
quincuagésima manifestación nocturna consecutiva, que marca los ciento veinte
días de la huelga estudiantil más larga de la historia de Québec. Una ley
especial, llamada Ley 78, prohíbe cubrirse el rostro con máscaras, así como
cualquier concentración en un radio de cincuenta metros de los edificios
universitarios, bajo pena de arresto y de multas que pueden llegar a varios
miles de dólares. Esta nueva ley suscita vivas críticas, de entre las que cabe
destacar, la de la alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, quien afirmó
el 18 de junio que esta ley “restringe su [el de los estudiantes] derecho de
libertad de asociación y de reunión pacífica”.
Traducción:
Salvador Pons, Griselda Piñero
Noticia publicada en la revista trimestrial en francés del CADTM, Les Autres Voix de la Planète, julio de 2012.
Noticia publicada en la revista trimestrial en francés del CADTM, Les Autres Voix de la Planète, julio de 2012.