por ATTAC España
ATTAC España llama a la toda la ciudadanía y a sus organizaciones sociales a manifestar su indignación y su rechazo a las actuales políticas, que infructuosamente pretenden contener los efectos de la crisis sin poner remedio a las causas que la han originado. Solo una gran movilización ciudadana internacional unida puede tener éxito en la lucha, de los ciudadanas y ciudadanos del mundo, frente al neoliberalismo y sus frutos de pobreza, paro y recortes sociales. Por eso ATTAC llama a tomar las plazas y las calles y gritar, unidos por un cambio global, que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros
Nos enfrentamos a una cruel dictadura de los mercados sobre la ciudadanía y los pueblos del Mundo, que está liquidando lo mejor del legado europeo, es decir los logros conseguidos en cuanto a un modelo de bienestar, solidaridad, democracia representativa y paz.
Esta crisis ha sido generada por la avaricia desmedida de los mercados, desreglamentados por nuestros políticos al dictado de las antidemocráticas instituciones financieras internacionales. Acumular beneficios para conseguir más y más poder ha constituido el único fin de unas corporaciones que han desplazado a los Estados y a la soberanía popular del legítimo poder democrático.
La desreglamentación de los mercados en general y de los de capital y cambio en particular, ha posibilitado que las poderosas finanzas desreguladas impongan a los Estados sus reglas del juego, sin ningún control por parte de estos y ha convertido el mundo en un campo de batalla económica donde una minoría plutocracia de los dineros impone su dominio a los pueblos, hundiéndolos económica y socialmente.
Recuperar y profundizar en el proyecto democrático es una urgente tarea. Para ello en este momento crítico hemos de plantar cara con decisión a los depredadores financieros y a todos los que pretenden destrozar los mejores logros y sueños populares. En ATTAC creemos que efectivamente otro Mundo mejor es posible si la ciudadanía se moviliza unida por un cambio global para lograrlo.
Unámonos todos para plantar cara a la rapiña financiera y a todas las políticas que lo permiten exigiendo: Regulación y control de los mercados, impuestos a las transacciones financieras, una fiscalidad justa, ambiental y redistributiva, abolición de la deuda injusta y odiosa, así como de los paraísos fiscales, y la restauración de una banca pública que vuelva a generar capital social.
Es hora de exigir un cambio de rumbo que sea favorable para los intereses de los pueblos, de los ciudadanos, de los trabajadores, los grandes perjudicados hasta ahora, y solo puede hacerse con medidas de justicia distributiva fiscal, que obliguen a los grandes propietarios, gestores, administradores de capital y a los especuladores, a aportar recursos financieros que permitan a los Estados impulsar políticas de desarrollo sostenible y un nuevo reparto del trabajo en un Mundo cada vez más automatizado y precarizado.
¡Todas y todos a las calles el 15-O en defensa de la democracia y la justicia social y por un cambio global!