por la Plataforma por la nacionalización de las Cajas de Ahorros
El 21 de noviembre de 2011 el Banco de España sustituyó a los miembros del Consejo de Administración del Banco de Valencia por el FROB e intervino por tanto la entidad financiera. Banco de Valencia es una entidad de pequeño tamaño en el sector financiero español filial de la entidad Bancaja, que controlaba el 27,5% de su capital. La integración de Bancaja en el Banco Financiero y de Ahorros convirtió a esta entidad valenciana en una participada más de éste. Las noticias publicadas en diversos medios de comunicación durante el pasado día 7 de noviembre precipitaron la suspensión de cotización de sus acciones en Bolsa y el reconocimiento por parte de la entidad de su necesidad de ampliar su base de capital aunque no definió el importe con exactitud. Las estimaciones de recapitalización se fijaron en ese momento inicial entre los 600 y los 800 millones de euros por el saneamiento necesario de su balance extremadamente expuesto al sector inmobiliario. Los test de estrés realizados por Oliver Wyman y presentados por el Banco de España como el análisis definitivo que aclararía las dudas sobre la solvencia de la banca, le atribuyeron un déficit máximo en un escenario “altamente improbable” de 3.462 millones de euros.
El 21 de noviembre de 2011 el Banco de España sustituyó a los miembros del Consejo de Administración del Banco de Valencia por el FROB e intervino por tanto la entidad financiera. Banco de Valencia es una entidad de pequeño tamaño en el sector financiero español filial de la entidad Bancaja, que controlaba el 27,5% de su capital. La integración de Bancaja en el Banco Financiero y de Ahorros convirtió a esta entidad valenciana en una participada más de éste. Las noticias publicadas en diversos medios de comunicación durante el pasado día 7 de noviembre precipitaron la suspensión de cotización de sus acciones en Bolsa y el reconocimiento por parte de la entidad de su necesidad de ampliar su base de capital aunque no definió el importe con exactitud. Las estimaciones de recapitalización se fijaron en ese momento inicial entre los 600 y los 800 millones de euros por el saneamiento necesario de su balance extremadamente expuesto al sector inmobiliario. Los test de estrés realizados por Oliver Wyman y presentados por el Banco de España como el análisis definitivo que aclararía las dudas sobre la solvencia de la banca, le atribuyeron un déficit máximo en un escenario “altamente improbable” de 3.462 millones de euros.
