"Quien se pronuncia por el camino reformista en lugar de y en oposición a la conquista del poder político y a la revolución social no elige en realidad un camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente: en lugar de la implantación de una nueva sociedad, elige unas modificaciones insustanciales de la antigua." Rosa Luxemburgo

jueves, 4 de septiembre de 2014

La revolución democrática no tiene propietario

por Guanyem Barcelona

Guanyem Barcelona presentará denuncia en vía penal por la usurpación de sus signos distintivos.

A través de medios de comunicación y redes sociales se ha difundido que un tal Luís Salom ha solicitado el registro de Guanyem Barcelona y Guanyem Valencia en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria. Luis Salom es asesor del Partido Popular en el Ayuntamiento de Valencia. Su petición tiene fecha del 3 de septiembre de 2014 e incluye el logotipo diseñado y utilizado por Guanyem Barcelona. 

A este respecto queremos aclarar que:
  • 1. El logotipo de Guanyem Barcelona está protegido por derechos de propiedad intelectual.
    Su autor Miguel Ángel Ramos firmó con Guanyem Barcelona un contrato de cesión de esos derechos en exclusiva para nuestra entidad. Su utilización en el tráfico jurídico y mercantil sin autorización, mediante una burda manipulación, constituye un ilícito penal
  • 2. La marca no registrada Guanyem Barcelona es notoria, dada su presencia mediática constante desde la presentación de Guanyem en junio de este año. Es además la denominación de una asociación legalmente registrada. El intento de apropiación por parte de personas vinculadas al Partido Popular incurre en fraude de ley.
  • 3. El registro fraudulento de la marca tiene como objetivo obstaculizar el ejercicio de derechos sociales y políticos, por lo que puede constituir un delito autónomo contra los derechos fundamentales.
  • 4. La acción anunciada contra la plataforma Guanyem Barcelona no afectaría en nada a nuestra posible concurrencia a las elecciones con el nombre y logotipo actuales. Dada la validación del proyecto con más de 30.000 firmas el pasado mes de agosto, Guanyem Barcelona decidimos constituirnos como partido político y procedimos a registrar la solicitud como tal ante el Ministerio del Interior. Entre otros motivos, Guanyem Barcelona adoptó esta decisión justamente para blindarnos frente a comportamientos miserables de personajes oportunistas y protegernos del previsible juego sucio.
Por los motivos expuestos, Guanyem Barcelona hemos dado instrucciones a nuestros asesores legales para que redacten y presenten una denuncia o querella a la mayor brevedad posible.
Las anteriores aclaraciones prácticas tienen como finalidad serenar el debate que ha suscitado este caso y en especial tranquilizar a los simpatizantes de Guanyem Barcelona. Pero queremos expresar cómo interpretamos esta mamarrachada que guarda relación con el Partido Popular. Nos parece un síntoma perfecto de cómo la política neoliberal consiste en la privatización indebida de los bienes comunes. Esta prepotencia se ampara muchas veces en una pretendida legalidad, violentando la ley a su favor.

Algunos agentes políticos entienden el sistema electoral como un procedimiento para expulsar a la ciudadanía del mecanismo de la representación, por cualquier medio posible. Se ejerce así una violencia contra la soberanía popular. Las elecciones son para algunos el territorio donde destruir la democracia, no una expresión de la misma. Esto es exactamente la vieja política: no la protección de la ciudadanía, sino el dominio del más fuerte y el más astuto sobre la mayoría haciendo un uso impropio de la representación democrática.

Actuaciones como ésta ponen de manifiesto una falta de sensibilidad democrática. Y sobre todo un miedo a perder privilegios. Estos hechos, sintomáticos de una política de cloaca, son propios de quienes están dispuestos a cualquier cosa para seguir donde están, sin el más mínimo respeto a las nuevas iniciativas ciudadanas. Es la escenificación más clara de cómo reacciona la vieja política ante un una revolución democrática. La supuesta “regeneración” democrática que predican se contradice con la “degeneración” democrática que practican. A quien intenta obstaculizar la legítima expresión de los derechos colectivos sólo se le puede responder con un mensaje: ganaremos en las calles, ganaremos en las urnas y ganaremos en los juzgados.