Por Olivier Bonfond
CADTM Bélgica
Tras varios años de "estancamiento" |1|, la Asamblea de los movimientos sociales (AMS), proceso de convergencia de las fuerzas sociales anticapitalistas, dio un importante salto cualitativo en el último Foro social mundial (FSM) que tuvo lugar en Dakar del 6 al 11 de febrero del 2011. Además de la gran aceptación popular que hizo que la asamblea fuese uno de los principales acontecimientos de este FSM, en la AMS se consiguió llegar a un acuerdo sobre un programa de lucha realmente común en el que se respeta la diversidad de los movimientos sociales y lo que es prioritario para ellos.
También se tomaron decisiones importantes sobre las etapas que habrá que superar para lograr una verdadera coordinación internacional de los movimientos sociales. Ahora faltaría concretar estos avances sobre el terreno de las luchas y aceptar el enorme desafío de contrarrestar a nivel mundial la ofensiva del gran capital y de contribuir de manera eficiente a modificar la correlación de fuerzas en favor de las clases trabajadoras del sur y del norte del planeta.
CADTM Bélgica
Tras varios años de "estancamiento" |1|, la Asamblea de los movimientos sociales (AMS), proceso de convergencia de las fuerzas sociales anticapitalistas, dio un importante salto cualitativo en el último Foro social mundial (FSM) que tuvo lugar en Dakar del 6 al 11 de febrero del 2011. Además de la gran aceptación popular que hizo que la asamblea fuese uno de los principales acontecimientos de este FSM, en la AMS se consiguió llegar a un acuerdo sobre un programa de lucha realmente común en el que se respeta la diversidad de los movimientos sociales y lo que es prioritario para ellos.
También se tomaron decisiones importantes sobre las etapas que habrá que superar para lograr una verdadera coordinación internacional de los movimientos sociales. Ahora faltaría concretar estos avances sobre el terreno de las luchas y aceptar el enorme desafío de contrarrestar a nivel mundial la ofensiva del gran capital y de contribuir de manera eficiente a modificar la correlación de fuerzas en favor de las clases trabajadoras del sur y del norte del planeta.
La AMS de Dakar 2011: un éxito popular
El 6 de febrero, después de la marcha de inauguración del FSM, que reunió cerca de 60 000 personas, la Asamblea mundial de los movimientos sociales constituyó una de las principales actividades del foro en términos de participación, movilización y convergencia. El 10 de febrero, en un ambiente electrizante, en parte debido a las actuales revoluciones del mundo árabe, se reunieron aproximadamente 2 000 personas, pertenecientes a varias decenas de redes y movimientos sociales de los cuatro puntos cardinales del planeta, para ratificar su voluntad de lucha conjunta contra el capitalismo, el patriarcado, el imperialismo y todas las formas de opresión y discriminación. Además, los movimientos sociales presentes adoptaron a mano alzada una declaración final |2| que constituirá una especie de brújula para las luchas que se llevarán a cabo durante los próximos dos años.
Este logro no fue fruto del azar. Es el resultado del intenso esfuerzo realizado durante estos últimos meses por el Grupo de facilitación internacional de la AMS. Y entre otros factores, este éxito también se debe a un acontecimiento importante, el tercer seminario mundial de los movimientos sociales |3| que se realizó en noviembre de 2010 en Dakar. En ese seminario estratégico, numerosos movimientos sociales senegaleses y otros movimientos africanos pudieron intercambiar sus análisis sobre los retos del Foro social mundial 2011, compenetrarse con el proceso de la AMS y resolver involucrarse activamente en él. Allí se creó un grupo encargado de la preparación de la Asamblea de 2011 que desempeñó un papel clave no sólo facilitando una logística de calidad y una movilización masiva en el momento de la reunión general de la asamblea, sino también garantizando mayor concordancia, transparencia y democracia a nivel de la toma de decisiones: amplia convocatoria a las reuniones preparatorias, comunicación rápida y eficaz, organización de debates de varias horas, creación de un comité de redacción para la declaración final … Estas experiencias no son para nada triviales y deben servir de ejemplo para el futuro. No olvidemos que la logística y la política son indisociables y que detrás de cada acción política hay hombres y mujeres que, de manera más o menos visible, están invirtiendo energía y asumiendo responsabilidades.
A pesar de estos esfuerzos, era difícil garantizar un resultado exitoso. Durante estos últimos años la AMS pasó por momentos difíciles. Por un lado, varios movimientos sociales se apartaron del proceso de la AMS para centrarse sobre todo en la cuestión del cambio climático. Otros movimientos sociales se han visto apresados por la dialéctica de apoyo a gobiernos que han desarrollado o que todavía desarrollan políticas en conformidad con la agenda neoliberal (por dar sólo un ejemplo : el gobierno de Prodi en Italia de abril 2006 a enero de 2008). El FSM en general y el Foro social europeo en particular sufrieron un rotundo debilitamiento. Por otro lado, la AMS fue objeto de numerosos “ataques” por parte de un sector del Consejo Internacional (CI) del FSM, el cual considera a ese proceso como una “amenaza” y no desea que ocupe un lugar demasiado destacado en el ámbito del FSM. Hace más de dos años que varios movimientos sociales consiguieron restablecer un diálogo constructivo en el seno del Consejo Internacional a propósito de la función, legitimidad y utilidad de la AMS, incluso en lo que atañe al proceso del FSM en su conjunto. A pesar de ello, a la ocasión del Foro de Dakar 2011, ciertas personas intentaron ponerle trabas a la AMS, directa o indirectamente. Un ejemplo: unas horas antes del comienzo de la reunión de la asamblea, todavía no se sabía qué sala le sería atribuida … Felizmente, el grupo de preparación reaccionó con rapidez asegurándole una sala adecuada en términos de capacidad, servicio de intérpretes y sonido.
Además, se deben destacar otros dos hechos positivos. En primer lugar, la invitación de la AMS a que nuevos participantes se integraran en su dinámica, en particular el movimiento senegalés de hip hop. Éste no sólo le imprimió mucha fuerza a la asamblea final inaugurando la sesión, sino que también contribuyó positivamente a las actividades de la AMS, en especial, transmitiéndole las experiencias de su lucha a nivel local y aportando su saber en materia de comunicación y educación popular. En segundo lugar, a pesar de la profusión de actividades en torno al FSM, después de haber expresado su solidaridad con el pueblo tunecino, que sigue movilizado tras la huida del dictador neoliberal Ben Alí, la AMS pudo concretar muy rápidamente una acción de solidaridad con la lucha del pueblo egipcio, organizando una sentada frente a la embajada de Egipto en Dakar el 11 de febrero de 2011, apenas unas horas antes de que Mubarak fuera destituido oficialmente.
La AMS de Dakar 2011: un logro político
Aparte de la importancia de haber logrado el éxito de la última reunión de la asamblea en sí, no hay que olvidar que la AMS es ante todo un proceso, una dinámica que pretende vencer el aislamiento de las luchas, crear vínculos entre los movimientos sociales y elaborar programas de acciones y de movilizaciones comunes. Tras las vicisitudes de estos últimos años, los movimientos sociales presentes en Dakar e implicados en la AMS consiguieron delinear interesantes perspectivas políticas y estratégicas, especialmente en lo que se refiere a la difícil cuestión de las prioridades en la lucha.
Los movimientos sociales agrupados en el seno de la AMS se enfrentan con un problema desde hace varios años: ¿cómo determinar las prioridades de lucha? El poder responder a esta interrogante es fundamental para la AMS ya que ésta parte de la constatación que para consolidar la lucha contra la globalización capitalista y revertir la correlación de fuerzas capital/trabajo a nivel mundial, es necesario vincular las luchas entre sí y hacerlas converger en un movimiento común a la vez masivo y coordinado. Ahora bien, dicho movimiento no podrá emerger si los movimientos sociales no desarrollan cierta capacidad para determinar sus prioridades comunes en las acciones que se deben llevar a cabo. En cierto modo, se trata de volver a ser capaz de llevar a cabo acciones como las organizadas a propósito de la guerra contra Irak en 2003: una movilización mundial apoyada por centenares de movimientos sociales y congregando a varios millones de personas en la calle. Aunque con esta movilización, que hizo salir a la calle a 12 millones de manifestantes en febrero de 2003, no se consiguiera impedir la guerra, para triunfar u obtener y defender derechos, las fuertes movilizaciones populares siguen siendo la única alternativa ante la lógica despiadada del capital. Ahí están, para recordárnoslo, los levantamientos populares recientes en los países árabes.
En realidad, llegar a un consenso sobre la necesidad de lograr este objetivo no plantea ningún problema en la AMS. Sin embargo, entre ponerse de acuerdo a propósito de un objetivo y ponerlo efectivamente en práctica, hay una etapa que no es fácil superar, sobre todo, porque el hecho de elegir también implica renunciamiento. En general, los movimientos sociales se concentran en una o varias cuestiones específicas: soberanía alimentaria, agua, biodiversidad, deuda pública, feminismo, racismo, guerra, militarización, neocolonialismo, transgénicos, derechos humanos, cambio climático, la lista es infinita. Entonces, ¿por qué decidir, por ejemplo, que la cuestión de la soberanía alimentaria será prioritaria en relación a otras durante uno o dos años? Este problema no se había podido resolver antes del FSM de Dakar. Todos los debates sobre esta temática se terminaban lógica e ineluctablemente con la misma constatación: aunque en un momento dado resulte necesario aunar todas las fuerzas y apoyar colectivamente una determinada reivindicación común, todas las luchas son importantes y es sumamente difícil, e incluso imposible, optar por una y determinar que ésta constituye la lucha prioritaria para todos los movimientos sociales.
El no resolver este problema acarrea consecuencias absolutamente prácticas y de carácter estratégico para la AMS: estos últimos años ésta salía de los encuentros mundiales o de los seminarios importantes con una declaración política lo más completa posible, de manera a que nadie fuese excluido, y con una agenda común de luchas, conformada por una lista con las principales fechas de las acciones y movilizaciones de los movimientos sociales del mundo. Aunque con tal rendimiento se pueda propiciar la creación de vínculos y la solidaridad entre las distintas luchas de los movimientos sociales, no se puede lograr la convergencia de todas las fuerzas sociales alrededor de una temática. Al contrario, lo que se constata es la dispersión de fuerzas.
En el FSM de Belém, en enero de 2009, la AMS había registrado su primer salto cualitativo al lograr determinar “sólo” cuatro fechas importantes de movilización global para el año 2009. La declaración de la AMS de Belém |4| también constituyó un avance en el sentido en que se le dio un contenido concreto al lema «otro mundo es posible» centrándose en una serie de alternativas radicales, anticapitalistas, antirracistas, feministas, ecológicas e internacionalistas, a llevar a la práctica.
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Gracias a las discusiones que se llevaron a cabo en Dakar durante las sesiones preparatorias se pudo limitar el número de movilizaciones globales a dos fechas: por una parte, el 20 de marzo de 2011, a fin de brindar un pronto apoyo a los procesos revolucionarios actuales del mundo árabe. Por otra, el 12 de octubre de 2011 como día mundial de acción contra el capitalismo. Apoyo a la revolución y lucha contra el sistema capitalista, algunos no se esperaban tal desenlace. Obviamente, en esto, la coyuntura internacional desempeñó un papel determinante a través de la crisis global del sistema y de los levantamientos populares que le restituyen (por fin) legitimidad y lozanía a los conceptos de anticapitalismo y revolución. El otro elemento clave es el hecho de haber asociado estas dos fechas globales a cuatro grandes líneas de lucha: lucha contra las transnacionales, lucha por la justicia climática y la soberanía alimentaria, lucha contra la violencia hacia las mujeres y lucha por la paz, contra la guerra y el colonialismo. A través de la declaración final, estas orientaciones de lucha reflejan las principales luchas llevadas a cabo actualmente por los movimientos sociales. La declaración lleva implícitas las fechas correspondientes a cada una de estas luchas aunque no figuren expresamente en ella. Este éxito se debió también, no hay que olvidarlo, a la inmensa labor de preparación que hizo que movimientos sociales provenientes de los cuatro puntos cardinales del planeta pudieran llevar a cabo debates de calidad durante varias horas.
Claro que en esta batalla aún se está lejos del triunfo final. Globalmente las luchas actuales tienen poca fuerza y están desconectadas entre sí, aún más cuando se las compara con el poder del capital que, a pesar de las brechas en las que ciertos pueblos consiguieron introducirse, sigue siendo hegemónico y continúa consolidando su influencia en todos los ámbitos de la vida (político, social, ideológico, mediático …). Y no es por el hecho de que se hayan prefijado dos fechas globales que la situación va a evolucionar rápidamente. No obstante, esta declaración y esta orientación indican que los movimientos sociales están adquiriendo madurez política y que, teniendo en cuenta la coyuntura internacional, están preparados para incorporar sus luchas a una estrategia de lucha global contra el sistema capitalista.
Ampliación y consolidación del proceso de la AMS
El otro aspecto positivo que se desprende de la AMS de Dakar tiene que ver con la ampliación y el funcionamiento interno de ésta. Aquí se impone la siguiente constatación: tras diez años de funcionamiento, la AMS todavía no consiguió poner en marcha una dinámica virtuosa que posibilitase la creación de una verdadera coordinación de los movimientos sociales a nivel mundial. Las causas son múltiples y a la vez, internas y externas. Desde luego que en esto influyeron las discrepancias con el proceso del FSM, sin embargo, éstas no dan cuenta de todo lo ocurrido, ni mucho menos.
Un dato importante que se debe tomar en cuenta es el hecho de que la AMS siempre rehusó convertirse en institución, con estructura rígida y jefatura internacional, con línea política petrificada o incluso, con afiliaciones formales y excluyentes. Si bien esta precaución es, a priori, absolutamente legítima, una estrategia demasiado cautelosa trajo como consecuencia que el proceso cayera en el error contrario, es decir, la falta de identidad propia y una gran indeterminación en cuanto a su modo de funcionar, lo cual hizo que fuera poco visible y que suscitara poco interés.
Desde hace varios años, sobre todo mediante la organización de seminarios estratégicos, se ha llevado a cabo una reflexión sobre el proceso de la AMS, sus insuficiencias y la manera de subsanarlas. En el FSM de Dakar se han tomado varias decisiones de suma importancia a propósito de estas cuestiones.
Renovar y volver a dinamizar el grupo de facilitación de la AMS: a la ocasión del primer seminario mundial de los movimientos sociales que tuvo lugar en Bruselas en septiembre de 2006, se creó un Grupo de facilitación mundial de la AMS |5|. Este grupo, compuesto por unas quince redes y movimientos, en representación geográfica y sectorial equilibrada, tenía como principales objetivos desarrollar el proceso en su conjunto, impulsar los intercambios y las convergencias, propiciar la preparación de los acontecimientos importantes como el FSM, garantizar la continuidad del debate, mejorar la comunicación difundiendo las informaciones pertinentes y fomentar los vínculos entre la AMS y el proceso FSM, especialmente con el Consejo Internacional. Desgraciadamente, este grupo no pudo funcionar realmente y alcanzar los objetivos que se había fijado. Y esto, por múltiples razones, siendo la principal: la dificultad con que se encuentran los movimientos, ya muy implicados en varios ámbitos de lucha, para comisionar en el seno de sus organizaciones a personas capaces de tomar parte en estas diferentes tareas.
No obstante, se desprende de los diferentes debates que este grupo de facilitación sigue constituyendo una iniciativa positiva y que a cinco años de su creación, de lo que se trata es de renovarlo e insuflarle dinamismo ; el propósito principal es que sea equilibrado (a nivel temático, sectorial y geográfico, y sin relegar la paridad de género), relativamente abierto y de funcionamiento flexible. Recordemos que la AMS no aspira a convertirse en una estructura con jefatura y objetivos propios. La AMS pretende ser una herramienta que parte de las luchas reales, existentes, con el designio de fortalecerlas, asociarlas entre sí y hacerlas converger. Sin embargo, para poder tomar decisiones que atañen e implican a los movimientos sociales de todo el mundo, es necesario contar con espacios de debates y con decisiones que sean eficaces, transparentes y democráticas.
Proseguir con la labor de ampliación: esta etapa es fundamental puesto que las redes internacionales o regionales no bastarán para forjar una auténtica capacidad de movilización a todos los niveles. Es necesario que todas las fuerzas sociales incorporadas a la dinámica de la AMS puedan realmente hacerla suya, apoyarse en ella y fortalecerla transponiéndola a sus diferentes realidades y acciones. Ahora bien, hoy en día, exceptuando los movimientos sociales que son parte activa del proceso del FSM y/o que están implicados en una dinámica internacional, entre los otros miles de movimientos sociales, que luchan valientemente por la defensa de sus derechos a nivel local y nacional, casi no se conoce a la AMS. Entrar en contacto, establecer un diálogo y una colaboración con estos movimientos constituye una tarea urgente e importante que el grupo de facilitación y todos los movimientos sociales que participan en la AMS deberían emprender ya mismo.
Proseguir con la labor de descentralización: en 2006, después de cinco años de FSM y AMS, los movimientos sociales comprometidos con este proceso estimaron que era importante hacer un balance a la vez del estado del proceso y de la evolución de la coyuntura internacional. Esto se materializó en un primer seminario mundial de los movimientos sociales, realizado en Bruselas en septiembre de 2006, en el que se reunió un centenar de delegados representando a unas cincuenta organizaciones provenientes de todo el mundo. En enero de 2010, los movimientos sociales decidieron llevar a cabo un segundo seminario mundial en San Paulo del 22 al 24 de enero 2010. Como era de esperar, este seminario se caracterizó por una fuerte presencia latinoamericana y en él se pudo avanzar objetivamente en una serie de temas, especialmente los relacionados con el contexto latinoamericano, como por ejemplo la puesta en marcha de una gran campaña continental contra las bases militares extranjeras en América latina. En relación con estos resultados, se tomó la decisión de ampliar la descentralización del proceso volviendo a organizar este tipo de seminarios en los cinco continentes. El tercer seminario de los movimientos sociales se celebró en Dakar en noviembre de 2010, precediendo al FSM. En vista de la efectividad de este seminario, tanto en lo que se refiere a la participación de los movimientos sociales africanos como al éxito y la dinámica global de la AMS, es obvio que habrá que seguir impulsando este mecanismo de descentralización continental. Se ha establecido un acuerdo de principio a propósito de la celebración de un próximo seminario de este tipo en Asia. Además de los seminarios estratégicos y de las asambleas mundiales que se celebran en el momento del Foro social mundial, también sería interesante que se llevaran a cabo asambleas continentales de los movimientos sociales. Esta descentralización es tanto más importante cuanto que debe posibilitar la ampliación del proceso y por lo tanto, incrementar las capacidades de movilización a nivel local, regional y nacional, lo cual es primordial si a lo que se aspira es a que las reivindicaciones populares puedan realmente incidir en las decisiones políticas.
Elaborar un documento de referencia que determine con más precisión la orientación política y el funcionamiento de la AMS: un problema importante al que se enfrenta la AMS consiste en su imposibilidad de saber con exactitud cuáles son los movimientos sociales incorporados a su proceso. De hecho, no existe ninguna lista de miembros de la AMS y no ha habido recopilación de firmas en ninguna de las declaraciones finales adoptadas en el FSM. Si bien este hecho puede implicar ciertas ventajas, por otra parte, socava el proceso al ocultar su calidad representativa real y al menoscabar el carácter democrático de su funcionamiento.
¿Qué es la AMS? ¿Qué representa? ¿Quiénes son sus miembros? ¿Cómo funciona? ¿Cómo se toman las decisiones? ¿Cómo se redacta una declaración de la AMS? A la mayoría de las personas y movimientos sociales, dejando de lado los que toman parte activa en el proceso, les resulta muy difícil responder a estas preguntas, e incluso imposible. En el marco de las discusiones llevadas a cabo en Dakar, el grupo de facilitación de la AMS decidió iniciar un procedimiento para la elaboración de un documento de referencia que definiría de manera más precisa la orientación política y el modo de funcionamiento de la AMS. Aunque aún resta determinar su naturaleza y su alcance, la elaboración de este documento, así se lo designe como “carta”, “plataforma” o “texto de referencia”, en cualquier caso, deberá elaborarse sin premura y lo más colectivamente posible, tanto más lentamente cuanto que se debe sacar partido de este proceso de elaboración para ampliar la dinámica incluyendo nuevos movimientos sociales.
Si se evoluciona en la buena dirección, es decir, si se cuenta con un grupo de facilitación que promueva enérgicamente la coordinación de las luchas sociales, con la ampliación del proceso en una mayoría de países y regiones, con una orientación política clara y un funcionamiento eficaz y democrático y con una capacidad de movilización masiva a nivel planetario, la AMS podrá cumplir plenamente con su función: modificar la correlación de fuerzas a favor de los oprimidos de todo el mundo.
Tras la acción mundial del 20 de marzo de 2011 |6|, que aunque relativamente poco consistente fue positiva dado que correspondió a la necesidad de manifestar prontamente solidaridad internacional y apoyo a los pueblos en lucha en el mundo árabe, la acción mundial del 12 de octubre de 2011 constituirá una nueva prueba importante para valorar el grado de compromiso de las fuerzas sociales en el seno de la AMS. Sea cual fuere el caso, como proceso de convergencia de las luchas anticapitalistas, a la AMS le corresponde un lugar totalmente legítimo y justificado en la lucha contra el capitalismo, en aras de la construcción de un mundo socialmente justo y respetuoso con la naturaleza.
Traducido por Marina Almeida
Notas
|1| Ver Olivier Bonfond, Historique et perspectives de l’AMS en : http://www.cadtm.org/Historique-et-...|2| Ver texto de la Declaración en : http://www.cadtm.org/FSM-Declaracio...
|3| Ver el informe de este seminario en : http://www.cadtm.org/Informe-del-Se... y http://www.cadtm.org/Compte-rendu-C...
|4| Ver texto de la Declaración de la AMS de Belém en : http://www.cadtm.org/No-vamos-a-pag...
|5| Ver http://www.cadtm.org/Historique-et-...
|6| Para informarse sobre la acción del 20 de marzo de 2011 y sobre su resultado : http://www.cadtm.org/Movilizacion-g... y http://www.cadtm.org/Bilan-du-20-ma...