por Jérôme Duval
La activista puertoriqueña explica los motivos por los que la lucha independentista quiere librarse del yugo estadounidense.
La activista puertoriqueña explica los motivos por los que la lucha independentista quiere librarse del yugo estadounidense.
Aurora Muriente Pastrana, pertenece al Movimiento
Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico (MINH), una
organización política de izquierda que se dedica a la lucha por la
independencia y la soberanía nacional de Puerto Rico, así como a las
luchas sociales, a la defensa de los derechos de los trabajadores y de
los derechos humanos.
Nos cuenta porque se debe seguir hablando de “colonialismo” al
respecto de Puerto Rico, ya que el presidente electo en Estados Unidos
es quien gobierna sin que la colonia participe en esa elección.
En nuestro caso debemos seguir hablando de “colonialismo” y no de
“neocolonialismo”. Puerto Rico es una nación caribeña que surge como
resultado del complejo y contradictorio proceso de conquista y
colonización de España en América y el Caribe. 405 años después de la
llegada de los españoles, en 1493, y como resultado de la Guerra
Hispano-Cubano-Americana de 1898, Puerto Rico pasó a manos de Estados
Unidos como botín de guerra, junto a Cuba, Guam y Filipinas. Desde
entonces Puerto Rico es colonia de Estados Unidos. Aunque en 1952 se dio
la creación del Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico acompañada
de una constitución propia y se presentó al mundo como un ejercicio de
descolonización, ello no alteró la condición colonial del país. Puerto
Rico es una nación pero no es un Estado nacional, pues carece de
soberanía.
¿Cual sería la diferencia principal de lo que era el Puerto Rico del siglo XIX comparado con el del siglo XXI?
El Puerto Rico del siglo XIX era un país mestizo con unas
características culturales muy propias que lo diferenciaban del resto de
las islas caribeñas, como Cuba y La Española. Lo conformaban
principalmente familias criollas de origen español y de otros países
europeos que se asentaron aquí; familias de origen africano, por la
presencia de miles de esclavos y la influencia que quedó de nuestro
pasado indígena. La economía se basaba principalmente en la agricultura.
Durante ese siglo se libaron luchas importantes. En 1868 sucedió el
Grito de Lares, insurrección armada en contra de España para declarar la
República de Puerto Rico. En 1873 se abolió la esclavitud y a finales
del siglo XIX cientos de puertorriqueños se trasladaron a Cuba, donde
pelearon junto a los cubanos por la independencia de ambas islas en la
llamada Guerra Necesaria de 1895, encabezada por el Partido
Revolucionario Cubano (PRC) fundado por José Martí. A este proceso
independentista cubano y puertorriqueño se incorporaron personajes tan
importantes de nuestra historia como Ramón Emeterio Betances y Eugenio
María de Hostos.
Posteriormente, tras la invasión militar de Estados Unidos, el
proceso fue distinto. Nuestra población no es de origen estadounidense,
así que somos una nación bajo dominación colonial por un país
extranjero. Nos vincula a ellos una relación política y una historia
caracterizada por los pasados 120 años de resistencia, pero no nos une a
ellos lazos de origen étnico como tal de nuestra población. A
diferencia de los puertorriqueños del siglo XIX que pelearon contra
España, que muchos eran hijos o nietos de españoles, a partir del siglo
XX la lucha fue en contra un país que es totalmente distinto a nosotros
con una cultura distinta, con un idioma distinto. Hay un enfrentamiento
mucho más fuerte entre ellos y nosotros.
La primera mitad del siglo XX bajo el dominio estadounidense estuvo
marcada por el establecimiento de una economía de monoproducción
azucarera, la población vivía en condiciones de extrema pobreza y la
represión política a los obreros y al movimiento independentista fue
brutal. A partir de la década de 1930, miles de puertorriqueños se
vieron forzados a emigrar a Estados Unidos donde trabajaron en
condiciones miserables en fábricas e industrias tras la Gran Depresión. A
partir de la década de 1940 se instalaron numerosas bases militares
estadounidenses en el país y se comenzó a utilizar nuestro territorio
como campo de batalla para las prácticas militares, como ocurrió en las
islas municipios de Vieques y de Culebra. Cabe señalar que en 1917 a los
puertorriqueños se les impuso la ciudadanía estadounidenses y desde
entonces hasta la década de 1970 en Puerto Rico el servicio militar era
obligatorio, provocando que miles de jóvenes boricuas participaran en
las guerras en las que Estados Unidos se involucraba.
La segunda mitad del siglo XX comenzó con el surgimiento del Estado
Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico en 1952, que quiso proyectar una
nueva situación política y que facilitó el enclave de un nuevo sistema
económico industrial. El país se modernizó rápidamente conforme a los
intereses económicos de Estados Unidos. El siglo XX también estuvo
marcado por luchas importantes: huelgas de trabajadores, luchas por el
derecho al sufragio universal y a los derechos de la mujer, por la
excarcelación de nuestros prisioneros políticos, levantamientos armados
por la independencia, lucha en contra de la militarización, luchas
estudiantiles, ambientales, entre otras.
Actualmente, en el Puerto Rico del siglo XXI se vive el desgaste y el
colapso del modelo político del ELA y del modelo económico establecido
por Estados Unidos. También nos han impuesto una junta de control
fiscal; ente externo creado para garantizar el pago de millones de
dólares a los bonistas. Este siglo que corre está marcado por la crisis
económica, la deuda y la emigración masiva a Estados Unidos. Estamos viviendo tiempos muy difíciles.
¿Difícil hablar de soberanía?
Absolutamente. De hecho, una de las razones por la que existe un
deseo de que se resuelva nuestra situación política es precisamente por
la falta de soberanía. En el año 1952, con la creación del Estado Libre
Asociado (ELA) de Puerto Rico, el Congreso de Estados Unidos impuso una
constitución y a partir de entonces hemos tenido un sistema político a
la manera republicana con poderes ejecutivos, legislativos y judiciales.
Sin embargo, todo nuestro ordenamiento esta sujeto a las imposiciones
que vengan desde el Congreso de Estados Unidos. Los gobiernos locales
administran la colonia, pero no toman decisiones trascendentales, esas
vienen directamente desde Washington. Como ejemplo de la falta de
soberanía los puertorriqueños no tenemos derecho a una ciudadanía propia
sino que somos ciudadanos estadounidenses por imposición congresional
desde 1917. No tenemos ninguna representación en las instituciones
estadounidenses como el Congreso, la Cámara y el Senado, salvo un
representante denominado comisionado residente en Washington, que tiene
voz pero no tiene voto en la Cámara de Representantes de los Estados
Unidos.
Tampoco tenemos derecho al voto presidencial, o sea que el presidente
electo en EE UU es quien nos gobierna sin que Puerto Rico participe en
esa elección. No tenemos embajadas ni diplomáticos, tampoco
representación en las Naciones Unidas. Eso no es otra cosa que
colonialismo. Nosotros, como independentistas, lo que deseamos es poder
elegir a nuestro propio presidente, y a nuestro propio gobierno, crear
un proyecto de país para el presente y para el futuro. Entendemos que la
soberanía es un derecho fundamental para todas las naciones.
¿Como surgió la idea de recoger el nombre de Eugenio María de Hostos para su organización?
El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano nació
aproximadamente hace 15 años como resultado de la unión de dos
organizaciones políticas, por un lado, el Congreso Nacional Hostosiano y
por otro lado el Nuevo Movimiento Independentista Puertorriqueño.
Viendo que habían más coincidencias que diferencias, estas dos
organizaciones decidieron unirse. Cuando hubo que decidir un nuevo
nombre para la formación se mantuvo lo de hostosiano.
Eugenio María de Hostos era un personaje puertorriqueño muy
importante del siglo XIX, un educador, luchador por la independencia de
Puerto Rico contra España. Además, ayudó en el desarrollo de la
educación en países como República Dominicana y Chile. Siendo una figura
tan destacada en nuestra historia que combatió el imperialismo y el
colonialismo se decidió acuñar su nombre como una reivindicación a su
memoria.
Además de vernos reflejado en el espíritu de Hostos, también nos
inspira Ramón Emeterio Betances. Es reconocido como el Padre de la
Patria. Betances es otro personaje puertorriqueño muy importante del
siglo XIX que luchó por la independencia de Puerto Rico contra España.
Estuvo exiliado en Francia gran parte de su vida donde representó a los
independentistas cubanos y puertorriqueños y planteó a todo un sector de
revolucionarios europeos la necesidad de escuchar y respaldar lo que
estaba sucediendo en ese tiempo en el Caribe. Nosotros tenemos una
historia de hombres y de mujeres extraordinarios que reivindicamos para
que no queden en el olvido.
Articulo publicado el 24/03/2018 en El Salto