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Luis de Guindos y los buitres, Eduardo Luzzatti, 2017. |
por
Fátima Martín
En la España postburbuja inmobiliaria, los buitres, a menudo
alimentados por conocidos bancos nacionales e internacionales y guiados
por los serviles córvidos políticos estratégicamente situados en las
Administraciones Públicas, tal que el ministro de Economía, el banquero
de inversión Luis de Guindos, devoran los despojos de un pueblo
esquilmado. El resultado son cientos de miles de familias desahuciadas y
con deudas de por vida en un país con un gravísimo problema de vivienda
irresuelto; unos productos agroalimentarios menos saludables y más
caros producidos por empresas que han adelgazado sus plantillas y
precarizado a sus trabajadoras; y una cadena de demandas por una gestión
energética que ha pasado de las primas envenenadas a las renovables de
Zapatero a la imposición del impuesto al sol de Rajoy. En esta fase del
saqueo, tras la socialización de las pérdidas, buitres privados engordan
a costa de lo público, sacando tajada de una deuda pública
estratosférica ilegítima que pagaremos con sangre, sudor y lágrimas
durante generaciones si no logramos impedirlo.