por María Elena Saludas
María Elena Saludas, ATTAC – Argentina, CADTM – AYNA
Fuete : http://cadtm.org/La-Deuda-Ecologica-de-Chevron-y-la
Hace un tiempo, precisamente, en febrero de 2011,
todos /as los que venimos luchando por Justicia Social y Ambiental nos
sentimos reconfortados al enterarnos que un Juez de Ecuador había
condenado a la petrolera estadounidense Chevron Corporation a pagar una
millonaria multa por los daños ambientales producidos, en el proceso de
extracción de crudo, durante el período 1964 y 1990 en la Amazonia de
ese país.
Este hecho reafirmaba la importancia de la
resistencia y denuncia, desde el campo popular, de la explotación
insaciable de los recursos humanos y naturales de uno de los principales
actores del capitalismo mundializado: las grandes corporaciones
transnacionales.
Fue la lucha que durante años llevaron adelante un grupo de,
aproximadamente, 30.000 pobladores de gran parte del territorio de
Sucumbíos (Ecuador), pertenecientes en su mayoría a comunidades
indígenas, la que permitió que se conociera la situación catastrófica de
contaminación y envenenamiento de 500.000 hectáreas de zona selvática
del Amazonas y el alto índice de cáncer y muerte en parte de este
territorio. “Esta región nace y muere por el petróleo. Un pueblo
indígena sin su territorio, sin sus tradiciones y cosmovisión, no
existe” expresaban, también, los denunciantes de Texaco empresa al
frente de la explotación petrolera, adquirida en 2001 por Chevron.
Esta empresa que acumula, también, denuncias, embargos y prohibición de salida de 17 de sus ejecutivos en Brasil, por el vertido al mar de 2.400 barriles de crudo, producto de filtraciones en la concesión explotada en el litoral del Estado de Rio de Janeiro, se niega a reconocer la sentencia condenatoria de la justicia ecuatoriana alegando que es producto de fraude y corrupción. Como Chevron no tiene activos en Ecuador, los demandantes invocaron, en consecuencia, un tratado entre Argentina y Ecuador (existente también, con Brasil y Colombia) de reconocimiento de sentencias y aplicación de medidas cautelares. Haciéndose eco del mismo, a principios de noviembre del corriente año, el titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil 61 de Argentina, Adrián Elcuj Miranda, reconoce la medida de la justicia ecuatoriana y traba embargo, por más de U$S 19.000 millones, sobre los activos de Chevron en nuestro país. Este embargo en la Argentina comprende al paquete accionario, los dividendos y el 40% de los depósitos bancarios y de los ingresos futuros por ventas de petróleo crudo a las refinerías.
Esta empresa que acumula, también, denuncias, embargos y prohibición de salida de 17 de sus ejecutivos en Brasil, por el vertido al mar de 2.400 barriles de crudo, producto de filtraciones en la concesión explotada en el litoral del Estado de Rio de Janeiro, se niega a reconocer la sentencia condenatoria de la justicia ecuatoriana alegando que es producto de fraude y corrupción. Como Chevron no tiene activos en Ecuador, los demandantes invocaron, en consecuencia, un tratado entre Argentina y Ecuador (existente también, con Brasil y Colombia) de reconocimiento de sentencias y aplicación de medidas cautelares. Haciéndose eco del mismo, a principios de noviembre del corriente año, el titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil 61 de Argentina, Adrián Elcuj Miranda, reconoce la medida de la justicia ecuatoriana y traba embargo, por más de U$S 19.000 millones, sobre los activos de Chevron en nuestro país. Este embargo en la Argentina comprende al paquete accionario, los dividendos y el 40% de los depósitos bancarios y de los ingresos futuros por ventas de petróleo crudo a las refinerías.
Hoy, el embargo está en pie, pero la causa está frenada. La compañía
recusó al juez, pero la Cámara debe definir qué magistrado quedará a
cargo. Es un final en disputa, que dependerá en gran medida del grado de
concientización y movilización que alcancemos, al respecto, los
movimientos sociales. La lucha no será fácil. La empresa cuenta con el
apoyo de diversos sectores políticos.
En primer lugar esta empresa opera en Argentina el yacimiento de
petróleo liviano más importante, El Trapial, ubicado en la provincia de
Neuquén. De donde extrae la mayor parte de los, aproximadamente, 5.300
m3 diarios de crudo que coloca entre sus compradoras (Shell e YPF).
El gobernador de dicha provincia, Jorge Sapag manifestó, en el
tradicional almuerzo del Club del Petróleo: "Quiero desearle
públicamente éxitos a Chevron en su apelación, luego de que se
dictaminara, de manera arbitraria e ilegal, el embargo de sus activos en
el país. Esta determinación no le hace ningún favor a la actividad, ya
que afecta a uno de los grandes y más confiables jugadores de nuestra
industria de Oil & Gas, y no tendré problemas en decirlo todas las
veces que sea necesario".
Por otra parte y, a pesar del fallo firme de la Justicia ecuatoriana
en contra de Chevron, por daño ambiental, se acaba de firmar, en nuestro
país, un acuerdo para poner en marcha un plan piloto para la
explotación de petróleo no convencional (En Vaca Muerta – Neuquén) entre
YPF, recientemente, nacionalizada y la petrolera estadounidense
Chevron. La intención final es perforar más de 1000 pozos con una
inversión total cercana a los U$S 15.000 millones.
YPF es el principal actor petrolero en Vaca Muerta, considerada la
tercera reserva más grande del mundo en petróleo y gas no convencional
(shale oil y shale gas). El yacimiento es la mayor apuesta de la
compañía dentro de su plan quinquenal 2013-2017.
No parece muy factible que pueda prosperar en Argentina una condena a
Chevron a pesar de su abultado currículum de atentados contra la
Naturaleza y la Vida. Y, a pesar de este justo reclamo de una Deuda
Ecológica que la corporación estadounidense tiene con los pobladores de
una zona de la Amazonia ecuatoriana.
Finalmente, en Argentina no podemos dejar de reflexionar y denunciar
sobre lo poco confiable y alentador que significa tener a semejante
“socio” para nada menos que la explotación de hidrocarburos “no
convencionales”. Este tipo de explotación es una decisión política
expresada con claridad por Galuccio: "YPF está redirigiendo su atención y
los recursos para el desarrollo de Shale Gas, una de las claves para
ayudar a recuperar en el país el autoabastecimiento energético".
En un excelente artículo del Taller Ecologista (Rosario) y el
Observatorio Petrolero SUR (Buenos Aires) se reconoce que “El ambiente y
la salud no son prioridad pública” en nuestro país. Y denuncian que el
objetivo de Chevron e YPF es la extracción de hidrocarburos de
formaciones shale o esquisto -yacimientos no convencionales. Estas
formaciones, al tener muy baja o nula permeabilidad, tienen que ser
intervenidas a partir de grietas- para extraer los fósiles, esto se
realiza, además, mediante la inyección de millones de litros de agua a
alta presión, mezclados con arena y químicos (en gran medida tóxicos);
técnica conocida como fractura hidráulica o fracking. Lo que
profundiza el proceso de calentamiento global, acumula graves daños
ambientales y sanitarios, hecho comprobado en muchos países donde esta
técnica ha sido prohibida.
Tanto el embargo a Chevron, como la asociación de esta corporación
estadounidense con la empresa mixta YPF, para la explotación masiva de
hidrocarburos no convencionales, conducen a la discusión sobre políticas
energéticas y esto tiene que ver, a su vez, con discutir políticas de
desarrollo. El interrogante es si tiene sentido incrementar los flujos
de energía para garantizar la continuidad del actual modelo productivo
extractivista y expoliador de los bienes comunes del país y región. La
respuesta a este interrogante nos conduce a la necesidad de comenzar a
transitar, con urgencia, hacia alternativas al actual modelo de
desarrollo. Los debates sobre el “vivir bien”, indudablemente, han
abierto una vía posible de aportes.
María Elena Saludas, ATTAC – Argentina, CADTM – AYNA
Fuete : http://cadtm.org/La-Deuda-Ecologica-de-Chevron-y-la