por Felipe Van Keirsbilck
1. Un enigma
Por qué las elites políticas aplican medidas de austeridad que son:



¿Es por incompetencia?
No: Podemos acusar a nuestros dirigentes de muchos defectos, pero no
de ser imbéciles. Una parte de los políticos probablemente busquen
alternativas, pero se topan contra la ausencia de respuesta efectiva en
el marco de la economía mundializada y de la Unión Europea tal y como
funciona a día de hoy. Pero para otros dirigentes, más o menos
explícitamente neoliberales, la explicación es que para ellos
probablemente se trate de aprovecharse de la crisis para rematar la
revolución neoliberal (never waste a good crisis). Así pues, asistimos a
una situación inédita, que requiere respuestas inéditas, a escala
europea y, por encima de divisiones secundarias, la radicalización de la
contradicción fundamental entre capital y trabajo, entre los intereses
de una pequeña minoría ultraprivilegiada y la gran masa de la
población, nos coloca ante una tesitura histórica.
2. Otro enigma
¿Por qué la derrota económica, práctica y teórica, del neoliberalismo
no ha llevado al poder a gobiernos determinados a romper con la Troïka y
el neoliberalismo? ¿Es por la resignación de los pueblos? ¡No, jamás ha
habido tantas movilizaciones de tanta amplitud que desde hace tres
años! La explicación principal se debe, para nosotros, a la misma
construcción de la Unión Europea que hace las movilizaciones populares
tradicionales ineficaces: El poder está en Bruselas o en Frankfurt, pero
la capacidad de movilización y de lucha de la gente está en su casa, en
su empresa, en su ciudad, en su región, en su país.
Esto permite precisar la naturaleza de esta misión histórica antes
mencionada: Para nosotros, es urgente crear un verdadero Movimiento
Social Europeo. ¿Qué sabemos de los Movimientos Sociales? para empezar,
no se decretan (de lo contrario, podríamos decidir que el movimiento
social europeo comenzará en esta sala mañana a las doce y media...)...
sino que hace falta mucho trabajo para hacerlos posible. Luego,
necesitan tres componentes:



Decir NOSOTROS, es retomar la ambición de la Hegemonía. Gramsci
distinguía entre clase dirigente y clase dominante por el criterio
siguiente: Cuando la clase en el poder llega a presentar sus intereses
como los de la mayoría, ella "dirige", es decir, que ejerce el poder por
la hegemonía, por la adhesión de las masas a un discurso creíble, no
siendo el ejercicio de la fuerza más que un recurso accesorio. Cuando
esta clase ya no puede convencer a las masas, no le queda más que la
represión y la violencia, ya no dirige, y ya no es más que una clase
dominante. La represión brutal en Grecia, en España, en Blockupy
Franckfurt, la multiplicación de las leyes liberticidas o antisindicales
demuestra que la oligarquía europea ha perdido y abandonado la batalla
de la hegemonía. ¡Pero eso no significa que nosotros la vayamos a ganar!
La izquierda tiene una larga tradición de luchas fratricidas libradas
para determinar la hegemonía entre nosotros: Ahora debemos tener la
ambición de conquistar juntos la hegemonía frente a ellos.
Para decir ELLOS, no será suficiente con acusar a los mercados “sin
nombre ni cara”. Nuestros enemigos son los bancos, las multinacionales,
los partidos políticos, que tienen un nombre, una dirección, dirigentes…
Además debemos plantear una cuestión: ¿No tendremos que denunciar la
responsabilidad personal de ciertos dirigentes? Si en esta sala
estuviesen sentados los señores Barroso y Trichet, la señora Merkel y
Sarkozy, Draghi y Papademos ¿No deberíamos pedirles cuentas, por
nuestras sociedades arrasadas, por las familias carcomidas por la
precariedad, la pobreza e incluso el hambre? ¿Por los numerosos
suicidios que sus decisiones han provocado?
Ellos responderán que no son personalmente responsables de nada, que
sus decisiones han sido ratificadas por los parlamentos de manera
perfectamente legal, que nada se les puede reprochar y que son
intocables… Y puede que entonces les digamos: Ok, está bien. ¡Es
exactamente lo que decían, hace un año y medio, Ben Alí y Mubarak!
Por último, debemos decir QUÉ ES LO QUE QUEREMOS en un lenguaje claro
que parta de las necesidades y realidades vividas por el 99% de la
población. ¡Esas necesidades son la solución, no el problema! Es una
victoria del neoliberalismo haber hecho creer que la economía y la
política requerían conceptos y un lenguaje incomprensibles, que con la
lengua del pueblo no era suficiente. Por ejemplo, reivindicar los
Eurobonos puede ser una respuesta técnica en un momento dado, pero no
puede ser una palabra de orden político, porque yo no se lo sé explicar
al tendero de la esquina y no hará salir a la calle a los jóvenes
parados de mi región.
3. Una cuestión clásica: ¿Qué hacer?
La cuestión ya no es, después de los años, saber si hay alternativas. “Tina” |1|
está muerta antes que Maggy. Sin remordimientos. Tenemos abundancia de
textos que describen, de manera globalmente convergente, lo que deberían
ser alternativas creíbles por una Europa democrática, ecológica y
social. Los manifiestos y los análisis se suceden (ver algunos ejemplos
en www.altersummit.eu) , y rara es la semana en la que no aparece una nueva llamada a la unidad de los movimientos sociales en Europa.
En este contexto, a la pregunta de “qué hacer”, una respuesta posible
sería. “Ir a Ikea a comprar una estantería para colocar todos los
llamamientos a la unión por otra Europa”… Otra respuesta es considerar
que lo que hace falta es hacer efectiva la convergencia de fuerzas, y su
unidad concreta en la acción. Nuestro objetivo es cambiar Europa, no
cambiar una declaración. Esta unidad pasará por un programa de acciones
que tenga al menos la ambición de dejar huella en la realidad (lo que
requiere bastante tiempo de preparación…pero también ir bastante rápido
para intervenir en el momentum de crisis que se va profundizando).
Tres observaciones sobre lo que puede ser tal programa de acción:
1. Una acción digna de ese nombre debe:



2. En el contexto de la UE realmente existente, el
programa de acción debe ser concebido desde el principio y realizado
después como “bi-level”: Acciones simplemente nacionales no darán nada, y
acciones europeas sin raíces en las realidades locales y nacionales no
tendrán fuerza.
3. La acción debe perseguir la unidad. Pero no hay
que ser naïf con lo que significa la unidad. Creer que la naturaleza de
la izquierda, del movimiento obrero, es la de unificar, y que la
naturaleza de la derecha y del capital es la de dividir, es creer en
cuentos para niños. ¡Unificar, es dividir! Los capitalistas de mi país
están por la unidad: Quieren que seamos solidarios con ellos, contra los
alemanes, los franceses, los rumanos, etc. Nosotros, la izquierda y el
movimiento obrero, los internacionalistas, nos debemos dividir, porque
sabemos que es eligiendo estratégicamente y enunciando claramente la
línea de división (“Ellos”) que nosotros podemos hacer efectiva la
unidad (“Nosotros”).
4. Una buena noticia
Existe, para llevar a cabo este programa de unidad en la acción, un
proceso concreto, ampliamente compartido, con una hoja de ruta, y los
compromisos ya de más de cincuenta organizaciones nacionales o europeas,
de más de quince países.
a) Un llamamiento –fusión de muchas otras- que permite una convergencia grande, pero clara. Este llamamiento está en nueve idiomas en www.altersummit.eu con muchos otros, constatamos una gran convergencia.
b) Numerosas firmas. Con nombres como Ken Loach,
Susan Georges o Stéphane Hessel. Y numerosas personalidades políticas
europeas importantes, de Los Verdes, de los socialdemócratas o de la
GUE/NGL.
c) La relación en el FSE está clarificada: No reemplazar, no repetir: Ir más allá. Somos un hijo del FSE, y si el hijo no es reconocido, no pasa nada.
d) También hemos clarificado nuestra relación con los partidos:
El Movimiento Social Europeo deber ser dirigido por los movimientos
sociales, no por los partidos; pero no rechazamos las fuerzas políticas.
Sí rechazamos tanto la antipolítica individualista como la vieja
jerarquía según la cual los movimientos sociales deberían estar
subordinados a los políticos. Las personalidades que apoyan nuestro
llamamiento son bienvenidas, debemos luchar cada uno sobre su terreno;
pero no queremos el esquema clásico en el que el movimiento social
redacta un cuaderno de reivindicaciones y lo transmite al mundo
político. “¡Por favor, no nos representan!”. No pedimos a los políticos
que nos representen sino que luchen con nosotros, si comparten el
análisis fundamental resumido en nuestro llamamiento.
e) Hoja de ruta
Tenemos dos acontecimientos importantes por delante: La concentración
“Firenze 10+10”, del 8 al 11 de noviembre, y la propia Cumbre
Alternativa (Alter Summit), que tendrá lugar a principios de 2013,
probablemente en Atenas. (Hay una hoja de ruta más detallada en la web www.altersummit.eu).
Pero hay que ser muy conscientes del hecho de que esas dos fechas,
aisladas, no sirven de nada. Indican un ritmo común para este proceso
que debe comenzar antes, y seguir después:



5. Una mala noticia
¡La mala noticia es que hay trabajo que hacer! Necesitamos compromisos en las coordinaciones nacionales o regionales unitarias.
La transformación de la sociedad no provendrá, lo sabemos desde hace
tiempo, de los soñadores que elevan teorías sin fin, ni de los
oportunistas que esperan que el pueblo, cansado de la opresión, se
levante espontáneamente: Esta transformación requiere un paciente
trabajo de organización. La proposición de Cumbre Alternativa que
tenemos sobre la mesa no es dogmática. Recoge numerosos apoyos, pero
todavía puede, en las semanas que vienen, ser mejorada. Si las mejores
propuestas permiten reforzar el proceso, su potencia y sus posibilidades
de éxito, son bienvenidas. Pero rápido, porque el proceso no para.
La primera urgencia es la puesta en marcha de las coordinaciones unitarias, nacionales o regionales para soportar este proceso.
En fin, no hay que hacerse ilusiones: Este proceso abre un combate de
largo aliento. Pero si triunfa –lo cual será difícil- este proceso de
movilización no será suficiente. Pero vamos a trabajar con todos
aquellos que quieran tirar del carro, como repetimos a menudo en los
sindicatos:
“Quien lucha puede perder, pero quien no lucha ya ha perdido”
info@altersummit.eu
www.altersummit.eu