por Las Marchas de la Dignidad
Las Marchas de la dignidad vuelven a las calles
para demostrar la fuerza del pueblo frente al poder económico.
Organizando diversas movilizaciones y acciones por todo el estado para
visualizar el robo de las conquistas sociales de las clases populares.
Para las Marchas de la Dignidad la movilización es la acción
de unidad popular más enérgica para la transformación política y
social. Después de las últimas movilizaciones toca volver a salir a las
calles. Nada ha cambiado. Las consecuencias de la crisis se siguen
agudizando con las políticas de recortes impuestas por la troika contra la mayoría social trabajadora.
La propaganda con el mensaje de una sociedad idílica que propaga el
Partido Popular y los poderes económicos y mediáticos que lo apoyan,
defensores de este régimen monárquico, no se corresponden para nada con
nuestra realidad diaria.
Nos dejan sin trabajo, sin casa, sin sanidad, sin pensiones, sin educación, sin estudios, sin futuro y sin vida.
Mientras tanto se regalan cientos de miles de millones a la banca transformándola en deuda
pública que pagamos las trabajadoras. La reforma del artículo 135 de la
constitución, que prioriza el pago de la deuda a los especuladores al
bienestar y los derechos de la mayoría social, hipoteca la soberanía
popular a los dictados de la UE, del BCE y el FMI.
Quieren pagar su deuda a costa de nuestros servicios públicos,
nuestros derechos y nuestro empobrecimiento. La descomposición del
régimen del 78 y su constitución que no reconoce los derechos de las
personas, los pueblos y naciones del estado, es hoy un papel mojado en
cuanto a derechos y las libertades.
Pretenden condenarnos. La única salida que nos proporcionan es seguir
manteniendo los beneficios de los mismos que nos han llevado a este
estado de excepción social en detrimento de las clases populares,
cerrando empresas, dejando a sus trabajadores en la calle, adueñándose
de nuestras viviendas y reduciendo nuestras pensiones.
Las tasas de paro alcanzan niveles escandalosos de más del 24%
haciéndose más patentes en las mujeres (la brecha salarial alcanza el
24%) y la juventud (más del 50%). Cerca de tres millones de personas
carecen de ingresos afectando a más de medio millón de hogares. La
figura del trabajador pobre es ya hoy una realidad a través de la
precariedad laboral.
Nadie tiene por qué aceptar condiciones laborales de precariedad y
esclavitud. Es necesario que se reconozca el derecho a la subsistencia
proclamado en la Declaración Universal de los DDHH, por medio de un
ingreso básico garantizado.
La vivienda ha sido uno de los principales bienes de extracción de
renta de los y las trabajadoras. Se convierte una necesidad básica en un
bien para mercadear y especular. La solución al problema no pasa por la
propiedad y el mercadeo si no por una iniciativa pública, democrática y
al servicio del pueblo.
Ante ello y como respuesta a la movilización social contra estas
criminales políticas, el gobierno aumenta la represión contra el pueblo.
Las distintas leyes de represión tienen por objeto recortar los
derechos y libertades. Pretenden silenciar la voz de los pueblos que
sufren y a los que empobrecen como medio para la dominación y
explotación.
Las intervenciones de la OTAN
en distintos puntos del mundo son las responsables del drama de los
refugiados. Generando guerras imperialistas y haciéndonos cómplices de
las masacres a otros pueblos. Las soluciones al fenómeno migratorio que
se están produciendo son estrictamente represivas, policiales y violan
los derechos humanos fundamentales de las personas.
¿Hasta cuándo vamos a seguir aguantando?, es hora de retomar las
calles, ponerse en pie y decir basta, solo la organización, la
participación y la lucha podrán abrirnos las puertas de un mañana mejor.
Exigimos:
- No al pago de la deuda, ilegal, ilegitima y odiosa. No a la Europa del Capital.
- Por el trabajo y el salario digno, empleo estable. Recuperemos los derechos –sociales y laborales- robados a la clase trabajadora.
- Contra la precarización laboral y social, no a las reformas laborales.
- Por el derecho a la renta básica.
- Defensa de los servicios 100% públicos para todos y todas (educación, sanidad, servicios básicos, etc.)
- Por el derecho a decidir de las personas, los pueblos y las naciones del estado en los aspectos que atañen a su vida y futuro.
- Por la defensa de los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia de género.
- Por un futuro digno para la juventud que no le obligue al exilio o la migración.
- Contra la represión. Derogación de las leyes represivas y absolución y libertad de los represaliados por motivos políticos.
- No a los tratados entre gobiernos y trasnacionales contra los derechos sociales. No al TTIP.
- Por el derecho a la vivienda. Por la garantía de los servicios básicos de luz, agua y gas.
- No a la OTAN.
- Derechos para todas, ningún ser humanos es ilegal.
- Por los derechos ambientales, ¡No al Fracking!
- Por la gestión democrática y participada de nuestras vidas, contra la corrupción del sistema.