por la PACD
Fuente: PACD.
El gobierno da por finalizado el proceso de rescate a la banca: nos ha
costado según los datos del Banco de España unos 61.366 millones de
Euros… sin embargo, la PACD lleva contabilizados 1,54 billones de euros
en ayudas ¿cómo es posible esa disparidad de datos?
Muy sencillo. Una cosa son las ayudas públicas y otro el coste que
finalmente supondrán para tod@s. El quebranto final del rescate
tardaremos años en poder contabilizarlo en su totalidad pero sí podemos
cuantificar el descomunal flujo de ayudas que se han destinado al
sistema bancario para evitar su quiebra y contabilizar el riesgo que
tienen para las Administraciones Públicas, además de las inyecciones de
capital, los préstamos, las garantías
o los avales. ¿Quiere decir eso que nos costará el rescate 1,54
billones de euros? Claro que no. Las entidades bancarias tienen activos
con los que podríamos recuperar parte de las ayudas dadas. Pero hemos de
ser conscientes del inmenso riesgo que corremos. Si les va bien,
repartirán dividendos a sus accionistas. Si les va mal, seremos tod@s
los que tendremos que hacer frente al agujero.
Para nosotr@s y para organismos como la Comisión Europea, existe “ayuda pública” si con fondos públicos se genera un beneficio
económico que la banca no obtendría sin ellos, o si se produce una
transferencia otorgada por un organismo público estatal o internacional
con cargo a fondos públicos. Y además cualquiera de estas transferencias
de dinero deben computarse como “ayudas a la banca” cuando son
exclusivas, es decir, cuando únicamente se pone a disposición de la
banca y no se procede de la misma manera con las familias o las empresas no financieras.
El problema es que ningún organismo público aglutina y consolida toda
la información relacionada con el dinero público que las
Administraciones han “inyectado” en el sector bancario. Es decir, las
ayudas públicas reales otorgadas a la banca se diseminan y dividen en
tantos organismos gestores e instrumentos (en un verdadero ejercicio de
camuflaje) que parece que su único objetivo fuera dificultar que la
población sepa lo que ha pasado realmente. Es lógico. ¿Qué diría la
gente si fuera consciente de la inmensa cantidad de recursos puestos a
disposición de las entidades bancarias al mismo tiempo que se recorta el
gasto social? Pero a pesar de las dificultades, hemos buscado bien y
nos hemos encontrado todo esto:
a) Instrumentos creados para canalizar las ayudas públicas a la banca
(algunos de ellos creados ad hoc): inyecciones de capital, esquemas de
protección de activos, conversión de participaciones preferentes,
adquisición de activos, garantías, avales y préstamos directos.
b) Organismos públicos y “privados” que gestionan y facilitan la
ayuda: Fondo de Adquisición de Activos Financieros, el Fondo de
Reestructuración Ordenada Bancaria, el SAREB (Banco Malo), el Instituto
de Crédito Oficial, la Secretaría General del Tesoro y Política
Financiera o el Fondo de Garantía de Depósitos, el Banco Central Europeo, el Mecanismo Europeo de Estabilidad, la Comisión Europea o el Fondo Monetario Internacional.
Fuente: PACD.